Son semanas de comidas y cenas interminables con los amigos y sobre todo con las familias. O te toca ser el anfitrión o el invitado, y ambos roles conllevan responsabilidades bien diferentes, pero todos sabemos que el éxito final, con los respectivos elogios y agradecimientos, recae en el que invita.
Aunque parezca que lo más importante es disfrutar todos juntos de estas fechas, no es así. Cada detalle es analizado con lupa, desde la decoración hasta el tamaño de los langostinos. Dejar la cena de Nochevieja o la comida de Año Nuevo a la improvisación es un peligro, por ello con unos breves consejos podrás coronarte como el perfecto anfitrión.
Menaje
Los bajo platos son imprescindibles para un convite de esta importancia, combinados con una vajilla de calidad, Santa Clara o la Cartuja, en tonos navideños como rojos, verdes, dorados y plateados. Es el momento de desempolvar la cubertería de plata y las copas de cristal de Murano. La mesa debe lucir por sí misma.
Decoración
Un centro de flores de pascua con unas velas suele ser lo más tradicional pero los adornos han evolucionado tanto que dando un paseo por Pinterest puedes explotar la creatividad y arriesgar con detalles únicos como copos de nieve de madera blanca sobre los platos o servilletas presentadas con forma de árbol de Navidad.
Sitting
Cuidado con la colocación de los asientos en la mesa, un mal sitting puede desembocar en la Guerra Fría. Descubre las alianzas y amistades más estrechas de tus familiares y amigos y siéntales acordes a eso. Los enemigos naturales cuanto más lejos mejor, y con fuentes de alimentos de por medio. Los niños todos juntos y los cuñados intenta distribuirlos en pequeñas dosis a lo largo de la mesa, dada su intensa conversación. Distribuye bien los entrantes para que nadie se quede con ganas de probar algo de la otra punta o bien sirve raciones a cada comensal para que sea igualitario.
Menú
Dependiendo de dónde lo celebremos, las tradiciones cambian, y no se come lo mismo en Sevilla que en Barcelona. Nuestra recomendación pasa por unos entrantes como un buen jamón de jabugo, Quirós, por ejemplo. Siempre recién cortado. Y marisco de toda clase, desde mejillones escabechados, como los de Ramón Peña, hasta acercarse al mercado o la lonja y comprar productos frescos como percebes, camarones, centollos, zamburiñas, navajas… Lo clásico es cocerlos con sal y laurel, o en el caso de las zamburiñas o navajas, a la plancha; pero puedes innovar con recetas como zamburiñas gratinadas al brandy o berberechos con salsa verde.
Para el plato principal un capón con almendras y manzana o relleno resulta muy agradecido y su elaboración es sencilla, aunque también un cordero o cabrito son perfectos en estas fechas. Recuerda que lo fundamental es un producto de calidad. Acompáñalo con guarnición de patatas, puré y pimientos como los de Conservas Rosara, rellenos de queso de oveja,
Tras tremendo festín, la guinda del pastel la pone precisamente el susodicho dulce pero debes tener maña en la cocina, que sea casero es condición sine qua non. Un flan de queso, arroz con leche, tarta de manzana, tiramisú de turrón, tarta de Ferrero Rocher… las opciones son infinitas. Siempre acompañado de las bandejas de polvorones y mazapanes, fruta escarchada, nueces, pero sobre todo los turrones. Si son artesanos, hasta los más descreídos se sorprenderán.
El alcohol
Un buen surtido no deja margen de error. Empezando por el vino, pasando por el champagne y acabando en los licores y copas. Un Rioja como Azpilicueta y un Ribera del Duero como Vega Sicilia o Pago de Carrovejas son perfectos para descorchar en estas fechas tan especiales. Albariño o Verdejo para los blancos, Ballarobre o Aura respectivamente son deliciosos. Y para los brindis y los fans de las burbujas, darse un homenaje con Veuve Clicquot o Perrier Juet será la mejor manera de despedir el año. Licores caseros si es posible: hierbas, pacharán, crema de orujo, licor café…Y para digerir todo lo anterior un gintonic de Plymouth o Seagrams. Nadie podrá achacarte que se ha quedado con sed.