Marbella no presume de tener muchos ‘reyes de la noche’. Pocos han hecho gala de este calificativo en las últimas décadas, pues la variedad y calidad de la oferta nocturna en la ciudad andaluza hace que sea complicado diferenciarse entre establecimientos que, a primera vista, parecen ofrecer todos una propuesta similar. Sin embargo, el empresario Albert Beniflah se ha ganado a pulso este título gracias a un modelo de negocio consciente de que vender ocio pasa también por ofrecer al cliente una experiencia social, estética y sensorial. Así lo refleja en cada uno de sus locales, concentrados dentro del Grupo Mosh: una exclusiva selección de clubs y restaurantes ubicados en Marbella y Estepona que triunfan entre el público internacional. “Todos los establecimientos de Grupo Mosh tienen en común una extrema atención al detalle. Desde la ubicación y la música hasta la gastronomía y el servicio, todo está diseñado para que el cliente se vaya con la sensación de haber sido cuidado en todo momento”.
La propuesta de este emprendedor de origen canadiense se aplica al entretenimiento de noche y también al de día. Dentro de su conglomerado de hostelería fundado en 2016, Beniflah reúne estratégicamente algunos espacios emblemáticos de la Costa del Sol, como Beach Club Playa Padre, Nido Estepona o la discoteca Momento.
Las relaciones públicas son la llave para el éxito de Albert Beniflah que, además de forjar parte de su trayectoria dirigiendo la comunicación de la legendaria discoteca Olivia Valère, en Marbella, ha cultivado contactos con figuras internacionales y DJ de primera categoría que han convertido sus establecimientos en visita obligada para clientes procedentes de muy distintas partes del mundo, entre ellas Arabia Saudí, Gran Bretaña o Rusia. Su secreto para atraerlos se basa en nutrir sus locales de las tendencias presentes en los clubs de moda de ciudades como Londres o Miami. “Lo que en principio comienza siendo una cena o un día en un club de playa acaba convirtiéndose en una experiencia 360º. Junto a mi equipo, damos la vuelta al mundo para empaparnos de estímulos que el cliente no pueda encontrar en otro sitio de España. El objetivo es que sienta la magia en cada elemento del local, desde la decoración o la coctelería, hasta el enclave, casi siempre situado junto al mar”.
De lo que Beniflah no tiene duda es de que tanto el cliente local como el extranjero desea experimentar y vivir el momento dentro de un entorno privilegiado. “Ahora existe un factor común entre todos los establecimientos del Grupo Mosh: el visitante gasta más y quiere pasarlo mejor, pues se percibe una energía muy positiva con respecto a los años anteriores a la pandemia”.