Las formas esféricas en la arquitectura no son algo novedoso, podemos remontarnos a los orígenes del arte en Italia con la cúpula de la catedral de Florencia, obra de Brunelleschi. En España Prada Poole ha sido un referente y un estudioso de la materia. En 1968 publicó La arquitectura perecedera de las pompas de jabón. Sus obras han calado profundamente en la sociedad, con unos diseños que destacan por su fexibilidad, fácil transporte y económicos.
Y si hablamos de arquitectura orgánica y burbujas tampoco podemos olvidar a Pascual Häusermann, en Francia podemos ver su obra de 1966, el Museumotel . También les sonará la famosa cúpula de Montreal, una cúpula geodésica a gran escala, obra del famoso arquitecto y diseñador Richard Buckminster Fuller. Por otro lado, y de la mano de archigram –grupo de arquitectura creado en los años 60-, encontramos otras maravillosas creaciones en forma de globos y burbujas. El grupo destaca por su estilo futurista y por su visión completamente diferente de la arquitectura contemporánea.
En Francia han encontrado un pequeño hueco para este mercado y el hotel francés Attrap Rêves, ha decidido instalar estas burbujas en un solar, y hacer de ellas las habitaciones esféricas más lujosas. En su página web ofrecen diversos paquetes que incluyen telescopio, desayuno o jacuzzi.
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Los diseñadores se suman a la tendencia
La casa del famoso diseñador francés Pierre Cardin, llamada el Palacio Burbuja, es otra de las grandes obras en forma de pompas. El arquitecto Antti Lovag eligió tonos arcillos para crear un espacio único en 8.500 metros cuadrados, compuesto por varias habitaciones burbuja. Su diseño ha sido el escenario perfecto para numerosas portadas de revistas de moda, de arquitectura e incluso de videoclips.
Hormigón en pompas
El estudio de arquitectura Picado de Blas en Madrid actualmente está investigando y desarrollando un espectacular proyecto de hormigón en pompas para rehabilitar el Almacén de Lafarge. La joven arquitecta Cristina Casarrubios, que trabaja en este estudio desde hace unos meses, nos explica que la fascinación por estas formas puede derivar de la necesidad del ser humano de sentirse protegido. Las estructuras en pompa son básicamente formas amables que, como señala Cristina, “sirven para salvar grandes luces creando espacios diáfanos”.