Parece una provocación para los que se molestan porque los ciclistas pedaleen con la melena al viento. Conozco a bastante gente que va por la ciudad en bici y a otros que han sido profesionales de las dos ruedas y entre ellos hay disensiones. Desde los argumentos puramente estéticos (me aplasta el tupé, me ensucia el pelo, me fastidia los bucles… no me pega nada con la ropa, etc) hasta los puramente libertarios: no me da la gana que me impongan cómo debo o no pasear en bicicleta cuando no está demostrado ni siquiera en las estadísticas de seguridad (que parecen no ser significativas). Hay varias ciudades en las que, una vez estudiado el tema, han decidido que no es necesario su uso, como en Vancouver o Amsterdam.
Para aplacar la polémica llega un invento maravilloso pensado y diseñado por un par de suecas. Estas dos chicas han inventado algo que da gusto a los dos bandos: protege al ciclista y vela por su seguridad y a la vez no es un casco, es decir, que no despeina, pega con todo y es fácil de llevar. Se llama Hövding.
Cómo funciona
El invento consiste en una especie de bufanda muy discreta (hay varios modelos para que pegue con todo). Se coloca alrededor del cuello y nadie se imagina que eso pueda ser un caso. En realidad es más bien un airbag, porque sólo se activa como casco en el caso de una colisión o caída. Aunque no se circule con rapidez por la ciudad en la bici, puede que tengamos la mala suerte de ser golpeados por algún conductor, que normalmente sobrepasa los 50 Km/h y la caída y el golpe en la cabeza puede ser fatal. Con este casco invible/airbag, la cabeza está asegurada.
Al abrocharla al cuello, se activa un sensor que percibe los cambios de orientación. En cierto modo, monitoriza el movimiento de los ciclistas. Si hay un cambio brusco en la velocidad o en el ángulo de inclinación, se activa una bolsa de aire y en 0,1 segundos se llena de helio protegiendo la cabeza. Dentro lleva también una especie de caja negra que de manera virtual puede reproducir de nuevo el accidente. Se recarga por USB y tiene una autonomía de 18 horas. Por lo visto, su eficacia ha sido contrastada por Folksam, una aseguradora sueca, que afirmó que resultaba más eficaz que los otros 12 cascos competidores.
Cascos modernos
Anna Haupt y a Terese Alstin son las dos inventoras y apasionadas de la bici, claro, y de la moda también. “Cuando pedaleamos, rodeadas de coches, nos sentimos el elemento más frágil de la calzada. Los coches forman parte del pasado; la bicicleta es el medio de transporte del futuro. Por eso es necesario adaptar la tecnología a lo que la gente quiere y necesita”. Parece claro que la mayoría de usuarios de bici en ciudad no quieren llevar casco, con lo cual este invento es una solución genial. Sólo hay que pensar si la inversión va a ser a largo plazo, es decir… ¿piensas ir en bici muchos años? Entonces los 400€ merecen la pena.
Y si no quieres gastarte el pastón y prefieres seguir siendo cool, hipster y respetuoso con el planeta, queda la opción de cascos como por ejemplo el que plantea In Bicycle we Trust. Su fabricante es inglés, Bobbin, y los cascos casi no pesan nada, son muy resistentes y hacen que el ciclista sea más visible, sobre todo de noche, ya que los acabados son de espejo y relucen como el sol. También Yakkai se ha esforzado para dar un toque chic a los más exigentes. Os dejamos varias propuestas y vosotros elegís, que se vea o no.