Lo primero que tenemos que hacer al comprar una bici es saber exactamente qué necesitamos. ¿Quieres hacer kilómetros y kilómetros por la montaña? ¿Necesitas una bicicleta para ir a trabajar? ¿Quieres simplemente dar un paseo de vez en cuando? ¿Una plegable? El mejor consejo sería que compres la bicicleta que necesitas ahora: si se te queda pequeña, ya tendrás tiempo para mejorar. Además deberás fijarte un presupuesto, igual que al comprar una bicicleta nueva.
O invertimos tiempo o dinero. Si nuestro presupuesto es ajustado, claro está que tendremos que meter unas horitas en buscar la bicicleta ideal. Son muchísimas las ofertas de bicicletas olvidadas en garajes y trasteros que aparecen al final del verano, de manera que tendremos que ser pacientes y escoger la mejor oferta, comprobar in situ y finalmente comprar.
En qué fijarse
Una bicicleta de segunda mano deberá entrarnos por los ojos. Aunque no seamos expertos, deberemos hacernos a la idea del desgaste de las piezas móviles y de lo que ha sufrido el cuadro. No es tan necesario fijarse en lo nueva que es la bicicleta como en el trato que ha tenido.
El cuadro es la estructura básica de la bicicleta. Observa bien el aspecto de las soldaduras, rozaduras y zonas oxidadas. Huye de las que aparezcan con zonas reparadas, ya que éstas suelen restar dureza al cuadro.
Para conocer el buen mantenimiento de la bicicleta, debemos comprobar todas las piezas móviles y testar la holgura de ruedas, manillar, frenos… Intenta mover las ruedas respecto al cuadro, como si se tratara de una ITV. No te cortes y toquetea. Si tiene holgura o suenan ruidos, déjala.
Otro test sencillo para las ruedas es hacerlas girar y observar cómo se comportan los frenos. Frena un poco y si ves que las zapatas bailan de un lado a otro es que la rueda está descentrada y necesitará una reparación o directamente ruedas nuevas.
Piezas caras
La transmisión, los pedales, platos, piñones y pedalier deberán estar firmes y sin holguras ni ruidos. Son piezas caras de la bicicleta, así que presta especial atención en ellas. Comprueba la ausencia de abolladuras y desalineaciones en los platos si no quieres llevarte un disgusto. Finalmente, súbete en la bicicleta, aprieta los frenos y menéala. Si no notas nada raro, ya tienes bicicleta.
En cuanto al precio, por suerte o por desgracia, en internet podremos encontrar precios para casi todas las bicicletas más o menos modernas. Cuando vayas a verla, comprueba antes cuánto costaba nueva o la versión de este año, te dará una idea precisa de qué esperar.
Como en la ropa y en casi todos los deportes, cada persona tiene una talla de bicicletas. Para conocer la tuya y saber que esa bicicleta de segunda mano es la apropiada, deberás “medirte”. Equivocarnos en la talla puede provocar muchos dolores de espalda y hará de nuestra bicicleta un potro de tortura. Nuestra talla de bicicleta depende de la longitud de nuestras piernas y no de nuestra estatura total. Concretamente de tu entrepierna. Para medirte, coge un libro gordo y de pie y descalzo sujétalo entre las piernas como si estuvieras sentado en él.
Talla y direcciones
La talla de tu bicicleta será esa medida multiplicada por 0,21 para conocer las pulgadas de tu bicicleta o por 0,54 para conocer tu talla en centímetros. Muchas bicicletas llevan la talla expresada en el cuadro. Si no, la talla de la bicicleta suele ser la longitud entre el eje del pedalier y el extremo del tubo del sillín.
Además los conocidos portales de segunda mano, últimamente aparecen muchas tiendas especializadas en bicicletas de segunda mano que tienen la ventaja de darles un repasito antes de venderlas, dando algunas incluso alguna garantía. Puedes probar también las tiendas de alquiler, ya que suelen renovar el stock cada poco tiempo.