Cosmética orgánica, ¿de verdad funciona?

Cosmética orgánica, ¿de verdad funciona?

Cosmética orgánica, ¿de verdad funciona?

Un cosmético es orgánico cuando se ha producido por métodos naturales, sin pesticidas sintéticos, fertilizantes químicos u organismos genéticamente modificados, disolventes industriales o aditivos químicos. Es decir, cuando el 95 por ciento de sus ingredientes son naturales y biodegradables, sin ser tóxicos ni para el hombre ni el entorno. Además, no puede haber sido testado en animales.

Hasta hace poco tiempo, este tipo de cosméticos eran difíciles de encontrar a no ser que uno fuera a tiendas especializadas o al herbolario del barrio. Sin embargo, algo está empezando a cambiar. Muchas personas los han incorporado a sus rutinas habituales, hay oferta de productos en grandes superficies y, mientras antes solo apostaban por lo natural los pequeños productores, el ejemplo del cambio es tan claro como que Garnier (del grupo L’Oreal) acaba de lanzar su propia línea natural (Original Remedies), sin siliconas ni parabenos.

Los naturalistas defienden que los parabenos son absorbidos hasta un 60 % por la piel.

Los defensores de la cosmética natural sostienen que moléculas como parabenos, derivados del petróleo y metales pesados, presentes en los productos convencionales, son absorbidos hasta en un 60 % a través de la piel y resultan tóxicos para el individuo. ¿Qué hay de cierto en esta postura? “Hay tantas pruebas que ya nadie puede negar la evidencia. Imitan la acción de hormonas, irritan la piel y algunos tienen actividad cancerígena”, asegura Margo Marrone, propietaria de la firma The Organic Pharmacy, de la que son fans confesas Kylie Minogue, Demi Moore, Michelle Pfeiffer, Sarah Jessica Parker, Beyoncé, Katy Perry, Claudia Schiffer, Reese Whiterspoon, Jennifer López, Jessica Alba (y sí, Gwyneth Paltrow también).

Pero para el doctor Christian Chams, especializado en Dermatología, Farmacología y Bioquímica, y médico de celebrities top, de Sharon Stone a Demi Moore, la cosa no es para tanto. “Actualmente toda la cosmética de calidad busca utilizar ingredientes ‘seguros’ para minimizar la irritación de la piel y los efectos nocivos en el organismo. Los cosméticos de calidad utilizan compuestos muy seguros y optan por otras formulaciones lo cual permite que produzcan mejores efectos en la persona que los utiliza. Usamos emulsionantes más caros que son menos propensos a obstruir los poros”.

Los cosméticos naturales tienen fama de ser menos efectivos que los sintéticos pero, según Margo Marrone, con lo orgánico pasa como con lo químico: algunos son efectivos y otros no. “Sí, puedo decir que The Organic Pharmacy es mucho más efectiva que los químicos porque usamos ingredientes de muy buena calidad, nuestras fórmulas usan grandes dosis así que en realidad consiguen beneficios y no es solo un tema de marketing, y son 100% activas porque cada ingrediente tiene un propósito”.

Chams vuelve a poner el contrapunto. “La efectividad de los cosméticos siempre depende de su formulación, de la cantidad de principios activos y de cómo estos se unen entre sí creando sinergias. Un buen cosmético orgánico puede funcionar, pero es también muy importante el proceso de fabricación y para llegar a fórmulas muy activas hay veces que se debe utilizar métodos menos ecológicos”.

El mundo bio vive en una laguna legal en España. No hay ningún cuerpo regulador controlando la definición de ‘cosmético natural’, “así que cualquiera puede decir que su producto es orgánico, aunque no lo sea”, se lamenta Giuseppe Sciannimanico, co-director del salón de belleza Green Hair & Beauty, que solo trabaja con la firma John Masters Organics, 100% natural. A nivel internacional existen cuatro organismos que otorgan los certificados de productos ecólogicos: el británico Soil Association, el europeo Ecocert, el norteamericano USDA Organic y, por último, Cosmos Standard, que tiene previsto unificar los estándares universalmente en años próximos.

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