Aunque no tiene el glamour de los Oscar o la elegancia de la gala CFDA, los Emmy cuentan con la ventaja de ser los primeros grandes premios de las academias estadounidenses después del verano, y marcan el ritmo hasta llegar a las grandes ceremonias de enero y febrero, con los Globos de Oro, los SAG o los ya mencionados Oscars.
Hemos podido ver a los actores libres de sus personajes y de este modo descubrimos a una Taraji P. Hinson más sobria que su Cookie de Empire, o Sarah Hyland y Ariel Winter, de Modern Family, muy elegantes y diametralmente opuestas a los personajes que interpretan. Otros looks han generado más dudas, como el conjunto amarillo de Versace al que Heidi Klum ha tratado de dar vida sobre la alfombra roja con más desgracia que fortuna.
La más sugerente de la alfombra roja ha sido, una vez más, Christina Hendricks. La estrella de Mad Men, consciente de su rotunda figura, siempre sabe cómo marcar las partes más señaladas de su anatomía, y en esta ocasión no ha sido menos. Mención aparte merece Jamie Lee Curtis, que se ha convertido en la gran dama de la noche de los Emmy con un elegante vestido negro, el tono sin duda alguna más repetido en la alfombra roja. Otras muchas actrices han optado por este color, desde Kate McKinnon a Julie Bowen.
El negro también has sido el tono dominante en los outfits masculinos, siempre entregados a las opciones más tradicionales. Eso sí, entre tanta monotonía ha habido excepciones, como la del cómico Fred Armisen, que, fiel a su estilo, ha acompañado su traje con una corbata roja y verde y un guante con cuchillas: definitivamente, Freddy Krueger tomó este domingo la alfombra roja.