Dime qué crema usas y te diré qué cara tienes

Dime qué crema usas y te diré qué cara tienes

Dime qué crema usas y te diré qué cara tienes

Os voy a revelar mi secreto, aunque, lo advierto, hay que invertir. Pero ¿qué mejor inversión que en una cara bonita y agradable que venda más y mejor? Depende de lo que le importe a cada uno su cara y su bolsillo, claro. Desde luego, las cremas de última generación, que son de las que os voy a hablar, no son baratas, pero son de tecnología punta. Os cuento:

Mi favorita, no lo puedo evitar, es Sublimage, La Créme (287€), de Chanel. Ya sé que son cerca de 300€, pero desde que la uso a diaro causo sensación. No es un cuento. Chanel Sublimage contiene Planifolia PFA enriquecida a partir de una técnica desarrollada y patentada por La Casa. La Planifolia PFA enriquecida se obtiene del fruto y flor de la Vainilla de Madagascar, e hidrata y nutre la piel en profundidad. Sólo os digo una cosa, cuando me la pongo por las noches, que es cuando la crema trabaja a tope, no sólo me traslada a los bosques con orquídeas de Madagascar, es que huele… huele… mmm ¡Huele a rica! ¿Cómo no me voy a sentir bien? ¿Cómo no va a ser una de las cremas favoritas de Jennifer Aniston si es lo más? Regerena, tonifica, ilumina… ¡Y tiene una caja tan bonita!

Esta que viene ahora es más del gusto de las que quieren sentirse concienciadas con lo tecnológico y con una marca un poquito más discreta y que apunta a lo científico: La Praire. No me he atrevido a probarla y eso que le insistí a la vendedora para que me regalase una muestra. Claro, si la crema son 800€, imagino que la muestra andaría por los 50€. La Prairie Cellular Cream Platinum Rare (775€), debe ser la bomba. Sólo el nombre me fascina. Es carísima pero. contiene uno de los metales más preciados de la tierra, el platino. Este metal es impermeable al tiempo e incapaz de ser oxidado por el aire. Ya os podéis imaginar los resultados… Una piel altamente protegida por la que los años no pasan. Secreto de belleza, entre otros, de la cantante y actriz Jennifer Lopez.

Guerlain Orchidée Imperiale (350€) es la que usa la actriz Julia Stiles. También apuestan por el extracto molecular de la otra orquídea, en este caso, la Imperial. La casa Guerlain ha dedicado 10 años de investigación únicamente a esta planta capaz de resistir a todas las condiciones de terreno, clima y geografía. ¿Y todo para qué? Para huir de los signos del envejecimiento: alisar las arrugas y lucir una superficie facial firme y radiante. ¡Pero si a mí me encantan las arruguitas de los hombres maduros!

En este mismo precio, tenemos un nombre mucho más evocador: Amore Pacific Time Response Skin Renewal (350€) ¡Esta me encanta! ¿Cómo no va a ser espectacular una crema que ama el mar y sabe que estar en la playa relajados es lo que más guapos nos pone? Su secreto está en las células madre del Té Verde. Son las responsables de estimular los genes esenciales que restauran las funciones óptimas de la piel. Hidrata profundamente, corrige la hiperpigmentación, reduce la inflamación, aumenta la renovación celular y proporciona protección antioxidante. Un solo pero: hay que ir a EE.UU. a buscarla porque sólo se vende en Neiman Marcus. Mola más eso, claro está, que comprarla en Amazon.

Giorgio, al que adoro, (Armani, claro) utiliza Sisley Sisleya Global Anti-Age Cream (350€) que contiene una abundante dosis de retinol (Vitamina A) y un extracto vegetal rico en ácido ursólico (un ácido utilizado para la lucha contra el cáncer que se encuentra en frutas como la manzana y los arándanos). Pero esta sólo debe utilizarse si tu piel es muy seca, estás sometido a dosis de estrés altas o vives en una ciudad muy contaminada (Giorgio pasa mucho tiempo en Milán, ya sabéis).

Lo importante en épocas de crisis, económicas y personales, claro está, es no dejar nunca de cuidarse. Es más, cuidarse uno por encima de todas las cosas. Y para eso, no hace falta invertir millonadas: cualquier buena marca, como L’Oreal, Clinique incluso si os soy sincera, la Ponds de toda la vida, bastan. Eso sí, acompañada por alegría y buenos amigos… ¡Y buenos amantes, que es lo que cuenta!

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