En la mitología griega, los perfumes a menudo nacen de los idilios y las metamorfosis. Así, la menta debe su aroma inimitable a la ninfa Minthé, que fue transformada en hoja fragante por el dios Hades. Eau de Minthé se inspira en este mito, y a través de la menta reinventa un acorde emblemático en la historia de la perfumería: el de la fragancia ‘fougère’. En el centro de la composición, su frescura aromática potencia las notas vivaces y florales del geranio, mientras que la profundidad del pachuli modera el conjunto.
Familia olfativa: Fougère. Materias primas: Menta, Geranio, Pachulí. Accidente olfativo: óxido de rosa.