Miles de kilómetros y dos continentes recorren las maderas utilizadas para elaborar las barricas en las que envejece el whisky The Macallan, un extraordinario viaje que ha narrado, con su cámara, el prestigioso fotógrafo de la agencia Magnum Steve McCurry.
Las imágenes (que pudieron verse el pasado día 6 de octubre en Madrid en una exposición efímera de un solo día) revelan, por primera vez, los rostros de las personas, los lugares y los procesos involucrados en la producción de las excepcionales barricas de roble de la destilería escocesa The Macallan, probablemente uno de los mejores whiskies del mundo.
El viaje de la madera empieza en los bosques del norte de España y los Pirineros franceses, donde The Macallan obtiene el roble europeo. Al otro lado del Atlántico, el roble americano se consigue en los exuberantes bosques estadounidenses de Ohio, Missouri y Kentuchy. Es en España donde ambos tipos de roble se trabajan de manera artesanal para fabricar las famosas barricas de la marca, que posteriormente se llanarán con Jerez.
Una vez transcurrido el tiempo necesario, las barricas ya sazonadas se envían a la finca The Macallan, en Speyside, donde se llenan de whisky hasta lograr su madurez.
Entre los diversos y excelentes whiskies que surgen de esta destilería, The Macallan ha reservado el nombre Double Cask para aquellos elaborados con destilados de ambos tipos de barrica, de roble europeo y americano. Se trata de un whisky de equilibrio perfecto en el que el tiempo vuelve a ser el elemento fundamental que condiciona la armonía, el color y el sabor de cada una de las expresiones. En función de los años de maduración se consigue un producto diferente, pero igual de excelente.
El resultado de este trabajo de auténticos expertos es la Trilogía Double Cask: whiskies The Macallan, producto de la fusión de whiskies añejados en barricas de roble americano y europeo, y de tres añadas diferentes: 12 años, que ya existía, y 15 y 18 años, que se presentan ahora.