¿Estás solo? 5 recetas kamikaze para hacer amigos

¿Estás solo? 5 recetas kamikaze para hacer amigos

¿Estás solo? 5 recetas kamikaze para hacer amigos

Llevar tu móvil a la clase de yoga

Eres nuevo y es tu primera clase de yoga. Llegas tarde y la clase ya ha empezado… Todos te miran un poco de reojo. Lo peor está por venir: en la segunda asana y a los 10 minutos de llegar, comienza a sonar una alarma en tu móvil. No sabes desactivarla. Apagas el teléfono con desesperación, pero la alarma sigue sonando cada 10 minutos. En cada asana, en la relajación, en los ejercicios de respiración. No importa lo que hagas. Todos te conocen ya… Seguro que alguno pica por lástima o empatía y se te acerca al final de la clase para solidarizarse con tu problema. La vergüenza y los sudores han valido la pena.

Abrir las persianas en un chiringuito de playa

Un monísimo rincón de cristal transparente protegido por persianas por los cuatro costados en una aislada cala. Llegas a la única mesa que quedaba y nada más sentarte subes la persiana central para contemplar la vista. Dejas ciegos a todos los comensales en 2 segundos debido al rayo solar que se cuela a raudales por las cristaleras. Seguro que alguien, aunque ciego momentáneo, se ríe por la ocurrencia y te dirige la palabra.  Aprovecha e invítale a tomar algo por las molestias oculares. Sobre todo, baja después la persiana.

Ser portavoz de las quejas al jefe

En una reunión en la que todos ponen a caldo al jefe, te da el arranque del kamikaze y decides ser su portavoz. Todos te apoyan para ir a hablar ante los jefazos, saltándote al subjefe criticado, claro. Te quedarás solo ante el peligro y nadie respaldará tus palabras… Bueno, seguro que alguien, por pena, te dirá algo para animarte cuando te despidan. Te costará el trabajo, pero ganarás algún amigo.

Caramelos para la tos en un concierto de música clásica

Empieza el concierto y a tí, en el Segundo Movimiento, te entra la tos. Intentas no ahogarte y después de atronar a los espectadores, decides tomarte un caramelo de esos de papel celofán… y te tomas uno detrás de otro. Antes de que llegue un conserje para acompañarte a la salida recibes un par de miradas de aliento ente otros cientos de odio. Espera al intermedio en la cafetería… Alguien se te acerca seguro.

Intentar salir el primero del avión

Sobre todo, esta técnica es útil cuando te preceden dos ancianitos y uno de ellos es minusválido. Tú no los habías visto porque te cegaba tu fobia a volar. Te los llevas por delante y después te deshaces en disculpas. Alguien se reirá de tu torpeza y aunque no lo creas, le provocarás un sentimiento de ternura… Ah, y si pones alguno en práctica… que no te pase nada.

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