Grassy presenta ‘Gran Vía’, su nueva línea de joyería inspirada en su histórico local madrileño

Pendientes de la colección 'Gran Vía' de Grassy.

Pendientes de la colección 'Gran Vía' de Grassy.

Grassy ha presentado Gran Vía, una nueva línea de joyería que refleja el savoir faire de la casa e inaugura un nuevo capítulo en su trayectoria. Diseñada en colaboración con Carmen Mazarrasa, la colección apuesta por piezas exclusivas que combinan modernidad y tradición, tomando como referencia los elementos que han definido la identidad de la firma desde sus orígenes.

La propuesta se inspira en los cuatro pilares fundamentales del universo Grassy: el conocimiento joyero, la alta relojería, la maestría de los oficios y su icónico local de Gran Vía 1 en Madrid. Mazarrasa ha trabajado sobre estos códigos para reinterpretarlos en clave contemporánea y crear piezas pensadas tanto para coleccionistas como para quienes se acercan por primera vez al mundo de la joyería. “He trabajado sobre los elementos fundamentales de la historia de Grassy para crear piezas icónicas del joyero contemporáneo”, señala la diseñadora.

Ideada en colaboración con la diseñadora Carmen Mazarrasa, Gran Vía marca un nuevo capítulo en la historia de Grassy.

El punto de partida es el histórico establecimiento madrileño, construido en 1953 por el arquitecto Manuel Ambrós Escanellas. Su diseño, inspirado en la precisión del mundo relojero, incorpora engranajes, geometrías y detalles que Grassy ha conservado como parte de su identidad patrimonial. Convertido en uno de los pocos comercios del centro que mantiene intacta su estética original, el local se revela ahora como la base creativa de esta nueva línea.

Gran Vía incluye sortijas, solitarios, pendientes, collares y pulseras realizados en oro gris y oro amarillo de 18 quilates. Las piezas combinan el acabado mate característico de la firma con interiores pulidos, evocando un placer sensorial asociado al tacto. Entre sus rasgos distintivos se encuentran texturas inspiradas en la arquitectura del edificio, referencias a su herencia relojera y engastes que reinterpretan la icónica marquesina del establecimiento.

Realizadas en oro gris y oro amarillo de 18 quilates, las joyas combinan el acabado mate característico de Grassy con interiores pulidos.

Con precios que van de 795 a 12.000 euros, la nueva colección representa una apuesta decidida por una joyería contemporánea con raíces sólidas en la historia madrileña y en la excelencia artesanal.

Salir de la versión móvil