Y a las doce de la medianoche, Cenicienta tiene que volver corriendo a casa porque el hechizo se rompe y su turgente talla 95 vuelve a ser una 85 (y el Príncipe se va a quedar de una pieza). No es una versión raruna del cuento de Perrault, es una manera de contar lo último en intervenciones estéticas: Los aumentos de pecho efímeros.
La idea fue del cirujano Norman Rowe, que ejerce en Manhattan. Muchas mujeres se pasaban por su consulta para preguntar por los aumentos de pecho, pero al final no se atrevían a llevarlo a cabo. Por eso pensó en ofrecer una alternativa, desarrollada por él mismo, que permite un aumento de mamas que dura 24 horas y que no obliga a pasar por el quirófano.
En solo 20 minutos
Se trata de un procedimiento no invasivo por el que a la paciente se le inyecta una solución salina (de fórmula secreta, como la Coca Cola) en los senos, que consiguen aumentar su turgencia y su tamaño en una talla o una talla y media. En 20 minutos, una se marcha a casa con el pecho que siempre había deseado (y con el sujetador en el bolso, imaginamos). Pero en 24 horas todo vuelve a su tamaño natural porque la solución salina es reabsorbida por el cuerpo.
“Este procedimiento es un método excelente para las mujeres que quieren ver cómo les quedaría antes de decidirse por una cirugía”, ha explicado el doctor Rowe. Pero también las hay que se las ponen porque tienen una fiesta, una boda o un evento, como aquella que se compra el vestido y el clutch.
24 horas o dos semanas
Pese a su precio nada ecónomico (2.500 dólares por unos pechos más grandes que duran 24 horas), el procedimiento del doctor Rowe va viento en popa y las mujeres neoyorquinas acuden a su consulta como locas por el Instabreast. La cosa va tan bien que el médico (emprendedor donde los haya, al parecer) está pensando en una segunda versión: “Pechos de vacaciones”.
Los críticos advierten de que puede provocar hematomas en el pecho.
Se trata de otro procedimiento para conseguir senos igualmente temporales pero con un poco más de duración, entre dos y tres semanas, es decir, lo que dura un periodo vacacional. La inyección será la misma solución salina de las 24 horas pero con una “fórmula” renovada (y por supuesto también secreta) que ampliará su duración y que está pendiente de aprobación por la FDA (la Agencia del Medicamento estadounidense), pero se espera poder comenzar a implantarla el año que viene.
Pese a la demanda creciente de mujeres y también hombres que quieren pectorales más grandes, aunque solo sea por un ratito, ya se han alzado algunas voces en contra entre la comunidad científica, que piden precaución: La inyección salina puede provocar hematomas en el pecho, debido al aumento de la presión en los vasos sanguíneos de la zona. Se nos ocurre que tampoco debe ser muy bueno para la firmeza de la piel e incluso puede conllevar riesgo de aparición de estrías, con tanto crecer y decrecer, pero no somos expertos. Y de momento, en cualquier caso, el procedimiento solo se practica en esta clínica del Upper East Side de Nueva York.