Un clavo que se convierte en joya. El primer brazalete clavo, diseñado en Nueva York en los años 1970, es el reflejo de una época festiva y libre. Juste un Clou, precursor, moderno y audaz, es ante todo la increíble transformación de un objeto. Una colección de joyas, tanto para hombre como para mujer, que trascienden lo común y destacan la belleza de los objetos. La colección se divide en cuatro categorías: brazaletes, sortijas, collares y pendientes, en la que predomina el oro blanco y el dorado en unas piezas basadas en los detalles y la elegancia, al más puro estilo Cartier.