La Cartuja de Sevilla reedita su decorado

La Cartuja de Sevilla reedita su decorado

La Cartuja de Sevilla reedita su decorado

Peces es el segundo decorado creado para la coleccio´n Viena. Esta coleccio´n de disen~o depurado, adaptado a los gustos contempora´neos (pero que conserva la esencia de la artesani´a de La Cartuja de Sevilla) se estreno´ con los intrincados motivos de la vajilla Georgica que firmaba Carmen Garci´a Huerta.
En esta ocasio´n se aplica un dibujo del archivo de la compan~i´a sevillana que data de 1885. Este disen~o original mostraba tres carpas japonesas sobre un fondo marino, cubiertas por una red. El origen de este dibujo cabe enmarcarlo en la corriente de exotismo de algunos de los decorados cla´sicos de la firma, como Ceila´n. En un contexto en el que el viaje era extremadamente minoritario, Sevilla despuntaba como un vibrante puerto de comercio con las colonias, los paisajes y objetos de pai´ses lejanos que formaban parte de los gustos de la e´poca. A esa evocacio´n al viaje tambie´n hace referencia el ancla que desde su origen ha formado parte del emblema de La Cartuja de Sevilla.

En el caso de las carpas, cabe destacar el simbolismo que este pez ha tenido a lo largo de la historia de las grandes culturas asia´ticas. Llamada koi en japone´s, es uno de los principales componentes de la mitologi´a china. Cuenta la leyenda que fue uno de estos peces el que ascendio´ por el cauce del ri´o Amarillo y atraveso´ una de sus grandes cascadas. La consecuencia de tal esfuerzo fue convertirse en drago´n. Durante el siglo XIX (cuando nacio´ el disen~o original) surgio´ en Japo´n una pra´ctica llamada Nishikigoi (“joyas vivientes”), que consisti´a en cruzar diferentes especies de carpas para lograr hermosas combinaciones de colores. Ma´s alla´ de la mitologi´a, es cierto que este pez, como el salmo´n, tiene tendencia a nadar contracorriente y nunca para de moverse. Por ello se ha convertido en un potente si´mbolo de la perseverancia y el cara´cter.

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