En 1939, Philips cambió la manera de afeitarse de los hombres al lanzar su primera afeitadora, diseñada por el ingeniero Philips Alexandre ‘Sacha’ Horowitz. Inspirado en la tecnología de dinamo de una bicicleta para crear su característico sistema rotativo, se convirtió en un objeto que todos los hombres utilizaban en su ritual diario de afeitado.
El último lanzamiento de la compañía es la Philips Serie 9000, la evolución de la afeitadora de toda la vida. Mantiene su esencia, pero con el valor añadido de incorporar la inteligencia artificial, que ofrece un afeitado personalizado y de gran precisión, tanto en seco como en mojado, incluso en barbas de cinco días.
La afeitadora se adapta a las necesidades de cada hombre gracias a su tecnología SkinIQ, que analiza el grosor de la barba para adaptar la intensidad del motor, y su sensor de presión hace que el cabezal se ilumine en azul, rojo o verde, indicando si se está realizando la presión correcta. La afeitadora Philips Serie 9000 dispone de cabezales totalmente flexibles que giran 360° para obtener un afeitado perfecto y apurado, incluso en las zonas de difícil acceso. Además, cuida y protege la piel como nunca antes a través de la app GroomTribe, que presenta en tiempo real los datos de afeitado para lograr una técnica eficiente y da consejos para perfeccionar el acabado.
Historia de calidad e innovación
Las afeitadoras Philips llegaron a España en la década de 1950 para con el fin de ofrecer un afeitado cómodo y apurado. En 1966, la compañía lanzó su icónico diseño triangular Philipshave de tres cabezales, presente hasta el día de hoy en todas sus afeitadoras eléctricas rotatorias. Desde entonces, las afeitadoras Philips se consolidaron como referencia en el mercado español gracias a su innovación tecnológica y calidad -de hecho, la afeitadora Philips ha sido la más elegida por los padres para enseñar a sus hijos a afeitarse-, convirtiéndolas en el regalo perfecto para ocasiones especiales.
Además de brindar un afeitado preciso, estas afeitadoras han tejido una narrativa de cuidado personal que une a abuelos, padres e hijos, haciendo de la acción de afeitarse un ritual de confort y bienestar.