Jean Cocteau dijo, refiriéndose a Christian Dior, que cómo no iba a ser un genio de la moda alguien que lleva en su apellido la combinación de “Dieu” y “Or” -Dios y oro-. Y desde luego, no podía tener más razón. La casa francesa es sinónimo de lujo, de elegancia, de alta costura y así ha continuado desde la muerte de su creador -falta saber si los bailes de directores creativos y la crisis que afecta a la industria de la moda, le permiten continuar siéndolo-. Una de las principales fuentes de ingresos de Dior, y de todas las grandes casas de costura, son los perfumes. Gracias a las inversiones en cosmética y perfumería pueden sufragarse muchos de los gastos que ocasiona mantener una marca a nivel mundial. Hoy repasamos tres de las grandes y míticas creaciones de la casa francesa y las mujeres que han prestado su imagen para promocionarla.
J’adore
En 1999 llegaba al mercado uno de los perfumes míticos, ya no solo de la casa Dior, sino de la historia reciente. J’adore se concibió como la materialización del oro. Desde el olor al diseño del frasco, pasando por el color del propio perfume y el collar inspiración Massai que luce el envase, todo es dorado y todo nos transporta al oro. Cuentan que cuando John Galliano llegó a París, con un francés más bien pobre, no paraba de repetir j’adore esto, j’adore aquello, hasta que se convirtió en su frase favorita. Suya también fue la idea de ilustrar el perfume. Para ello contrataron a la modelo Carmen Kass para que, vestida imitando el estilo del frasco -dorada de pies a cabeza y con un collar estilo Massai-, se fuera introduciendo en una piscina de oro mientras de fondo sonaba Barry White. La seriedad germana de la modelo y el estanque dorado contribuyeron a la idea de perfume de alta costura que pretendía con J’adore. Posteriormente Kass fue sustituida por la modelo Tiiu Kuik, con un anuncio prácticamente igual, en el que, de hecho, cuesta incluso diferenciar a las modelos.
No obstante, la revolución vino de la mano de Charlize Theron. La actriz sudafricana fue la encargada de renovar la imagen de J’adore, añadiendo a las notas de belleza y elegancia, una carrera exitosa y un rostro famoso con el que identificar el perfume -algo muy necesario en mitad del aluvión de fragancias que se comercializan cada año-. En el primer anuncio de Theron, ideado también por Galliano, se veía a la actriz cubierta por una sábana de seda dorada mientras sonaba Nina Simone, pero fue el segundo intento el que se convirtió en un clásico que hemos arrastrado hasta hace muy poco. En él se podía ver como Theron protagonizaba un striptease mientras se adentraba en un apartamento típicamente parisino. Según declaró la casa Dior, “Charlize Theron personifica J’adore. Es fuerte, segura, una mujer capaz de descomponer su belleza para evitar el encasillamiento en los papeles impuestos por la industria” -haciendo alusión al Oscar ganado por la película Monster-.
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Pero ahí no iba a quedar la cosa. Buscando incrementar el glamour y la presencia de celebrities, los publicistas de Dior decidieron que no era suficiente contar con una estrella de carne y hueso, así que decidieron acompañar a Charlize de tres actrices míticas del cine, Marilyn Monroe, Grace Kelly y Marlene Dietrich. La elección de las actrices no fue casual. Grace Kelly escogió un vestido de satén de Dior para prometerse con el príncipe Rainiero de Mónaco. Marlene Dietrich, fiel los modelos de Dior, solo accedió a trabajar en la película Pánico en la escena de Alfred Hitchcock a condición de vestir de la marca francesa. Y Marylin Monroe posó vestida de Dior para Vogue USA en 1962, la última sesión de fotos que protagonizó. En el anuncio vemos como Theron llega tarde a un desfile y al atravesar el Salón de los espejos del palacio de Versalles se cruza con las tres actrices. Maravillas de la tecnología que ya no respeta ni a los difuntos.
Poison
Charlize Theron no ha sido la única actriz que ha protagonizado campañas de Dior. En 1985, la casa francesa lanzó su perfume Poison, una fragancia intensa con un reconocible frasco evocando una manzana envenenada. A lo largo de los años, Dior ha ido comercializando nuevas ediciones de la fragancia, si bien, adaptándola a los nuevos tiempos. La primera fue Tendre Poison en 1994, seguida de Hypnotic Poison en 1998. En el primer caso, la marca contó con dos modelos anónimos para protagonizar la campaña, pero a finales de los noventa, la moda de contratar a estrellas del cine ya estaba muy extendida, así que Dior confió la promoción de Hypnotic Poison a Monica Bellucci. La actriz, acompañada de una serpiente, se convirtió en la personificación del pecado que necesitaba la casa francesa -recientemente ha sido sustituida por la actriz Mélanie Laurent-. En 2007, apareció la tercera versión del perfume, Midnight Poison, una apuesta más oscura para la que se contó con la actriz Eva Green y el director de cine Wong Kar-Wai.
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Miss Dior
En 2005, Dior lanzó el perfume Miss Dior Chérie, una fragancia pensada para su público más joven. No obstante, el éxito de Natalie Portman y su fichaje por la casa francesa hizo que se modificara todo el asunto. El perfume pasó a llamarse simplemente Miss Dior, bajo la excusa de que se trataba de una evolución pensada para las mismas clientas que empezaron a usar la versión Chérie y que ahora que habían crecido y tenían una vida diferente a la que enfrentarse, necesitaban una fragancia más madura. Natalie Portman, evidentemente, se hizo cargo de la imagen de la fragancia y la directora Sofia Coppola -que ya había trabajado en la versión Chérie– reutilizó todo lo aprendido en su película Maria Antonieta para crear un mundo ideal para las jóvenes de hoy en día.