Con permiso de Dries Van Noten que se ha despedido de las pasarelas con el gran aplauso del público, uno de los nombres que más ha dado de qué hablar en las últimas jornadas de la Semana de la Moda de París ha sido el de Jonathan Anderson. La propuesta que el director creativo de Loewe ha presentado ante la prensa especializada, clientela de la casa y un nutrido grupo de celebrities entre los que figuraban desde actores como Luke Newton, Enzo Vogrincic o Miguel Herrán hasta directores como Pedro Almodóvar o deportistas como Marc Márquez; ha sido una de las que más ha gustado por múltiples razones.
El hilo conductor de la colección primavera-verano 2025 de la firma de origen español partía de un grupo de objetos creados por algunas de las voces artísticas más singulares del siglo XX: la escritora Susan Sontag, el fotógrafo Peter Hujar, el artista Paul Thek y los arquitectos y diseñadores Charles Rennie Mackintosh y Carlo Scarpa.
Elementos cotidianos como una silla, un perchero o un caballete se elevan a lo extraordinario conformando una puesta en escena del todo imaginativa en la que se pasa de los cuentos de hadas a los rituales de la vida cotidiana. Y con esta sorprendente idea han ido pasando las distintas piezas creadas por Anderson que seguían los identificables códigos de la firma.
Una sastrería muy precisa pero que huye del estilo clásico con mangas amplificadas es con la que se ha visto a los modelos junto con jerséis de punto, abrigos rectos, blusas brillantes, camisas, tops de malla, polos y cazadoras tipo capa; todo ello defendido con originales tocados a modo de plumas metalizadas.
De entre todas las ideas que ha lanzado Jonathan Anderson para la temporada de calor del año que viene la prenda estrella ha sido, sin duda, el pantalón. Desde Loewe han hecho un increíble trabajo de volúmenes en este sentido ya que han propuesto un modelo tipo pareo que juega con el abullonado –algunas veces incluso combinando dos colores, estampados o tejidos– para así dar lugar a esta pieza de una forma nada convencional.
Cualquier pantalón se aleja de la sencillez en lo planteado por Loewe. Estaban estos modelos tipo harem pero también los había de talle alto y con pliegues profundos que desaparecían, otros repletos de dobleces y arrugas para crear sensación de movimiento, los había de cuero con distintas formas, versiones de tiro caído, los que formaban toda una cascada de texturas que daban el efecto de ser faldas y hasta jeans desgastados y decoloridos.
Todo un despliegue de creatividad en torno a una prenda que no suele declinarse demasiado y que ha sido todo un descubrimiento para los amantes de las tendencias.