Es sin duda uno de los más importantes y comprometidos artistas contemporáneos. Ai Weiwei practica la escultura, la instalación artística, la arquitectura (colaboró con Herzog y De Meuron como asesor artístico del estadio olímpico de los Juegos de Beijing), la fotografía, la organización de exposiciones y el cine. Como se ve, es un artista hiperactivo y multidisciplinar que, por encima de todo, supedita su actividad al compromiso político y social, como quedó de manifiesto en su documental sobre los refugiados ‘Marea humana’, producido en 2017.
La epopeya de su enfrentamiento con el régimen comunista chino quedó plasmada en el documental ‘Never Sorry‘, escrito y dirigdo por el norteamericano Alyson Klaymen, donde se narra la evolución de un conflicto que le ha mantenido en diversas etapas en prisión, acusado de delitos tan improbables como pornogarfía o evasión de impuestos. Entre los años 80 y 90 del pasado siglo, Ai Weiwei vivió en Nueva York, inmerso en el agitado panorama artístico de la gran manzana. Presente en el Festival de cine de Valladolid, donde presentó su documental ‘Marea humana’, Aiweiwei mantiene estrecha relación con las grandes capitales artísticas del mundo, ya sea en Europa o en Norteamérica. Precisamente en la Royal Academy de Londres el artista chino presenta algunos de los objetos cotidianos con cuya venta mantiene abierta la relación con Gran Bretaña. Camisetas, paraguas, bolsas y hasta una extraordinaria pieza de porcelana, llamada ‘Crisantemo’, modelada a mano y que se ofrece en edición limitada, componen la oferta de la tienda de la Royal Academy.
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