Existen muy pocos ‘perfumes’ masculinos que se atengan estrictamente a la formulación clásica de un ‘parfum’. Pero atención, esto no es lo mismo que decir no que haya fragancias muy fuertes, aunque no sean perfumes. Mientras la perfumería femenina disfruta de un gran abanico de las variaciones de una misma creación –que abarcan desde el ‘eau de toilette’ al ‘extrait’ (el extracto de perfume en su fórmula más concentrada)– los hombres raramente tienen acceso a concentraciones intensas.
El lanzamiento de ‘Bleu de Chanel Eau de Toilette’, compuesto en 2010, y ‘Bleu de Chanel Eau de Parfum’, en 2014, ambos creados por Jacques Polge, perfumista de Chanel hasta 2015, han sido el preámbulo de un nuevo reto olfativo que ha llevado a cabo su hijo, Olivier Polge, aventurándose en un territorio inexplorado: el del ‘parfum’ masculino. El nuevo perfumista de Chanel, con una construcción diferente de la pirámide olfativa, ha elegido un camino totalmente distinto para evocar la intensidad, buscando una armonía más serena; porque la elegancia no se mide en decibelios.
Esta nueva fragancia ‘Bleu de Chanel Parfum’ despliega sutilmente toda la potencia de la familia ‘Bleu’ de una manera más íntima, menos expansiva. El ‘parfum’ es más para uno mismo y para quien se acerca realmente a quien lo lleva. Sin embargo, no se impone en la media y larga distancia, no colma el espacio. Su nobleza olfativa se siente de una manera más secreta.
El ‘Eau de Toilette Bleu de Chanel’ libera la madera de cedro buscado su faceta explosiva, seca como el crujido de una caminata estival en un pinar. Una composición vertical que emerge como un soplo, con ímpetu y desenvoltura, con la acidez del pomelo y la aridez del vetiver.
El ‘Eau de Parfum Bleu de Chanel’ explora otro aspecto de la madera de cedro. Se reconoce la trama esencial del ‘eau de toilette’, pero esta vez explora las notas ambarinas y almizcladas. Se percibe el murmullo de la madera de sándalo en el fondo, pero aquí, son el acento ambarino y el haba ‘tonka’ los que amplifican la sensualidad del cedro.
En 2018, el ‘Parfum Bleu de Chanel’ remodula las proporciones de maderas y cítricos. Se reconoce la vibración de la salida, las cáscaras cítricas y el efecto fresco de la lavanda y del geranio. Al instante, el cedro comienza a latir en el corazón de la fórmula. Pero otra madera comienza a expresarse, envolviéndose en torno al cedro. Es el sándalo, untuoso y lácteo, que proviene de Nueva Caledonia, una madera extraordinaria cuyo cultivo Chanel se ha comprometido a proteger. Fraccionada, depurada y liberada, esta suavísima madera de sándalo densifica la fragancia dejando que exprese su delicadeza.
“La dificultad residía en encontrar el tono justo para expresar lo que podría ser una concentración ‘parfum’ para hombre’. Había que evitar repetir lo existente amplificándolo. Se puede expresar la intensidad y el refinamiento sin un choque olfativo. Por eso, elegí ceder más espacio a la madera de sándalo, y dejarla entrar en fusión con el cedro y el frescor en la salida.» declara Olivier Polge.
Por lo tanto ahora existen tres versiones de Bleu de Chanel, una familia cuyo hilo conductor es la madera de cedro que se expresa en tres vibraciones distintas.
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