En verano es recomendable cambiar los productos habituales por otros más ligeros e incluir en la rutina serums, porque sus texturas son más cómodas. El neceser femenino y masculino debe estar surtido de productos con un alto contenido en principios activos antioxidantes e hidratantes que combatan las finas arrugas, la deshidratación, la falta de densidad de la piel, explica Leticia Carrera, directora del centro de tratamientos médico-estéticos Felicidad Carrera y farmacéutica especialista en bioquímica.
Y, por supuesto, proteger la piel de los rayos ultravioletas para evitar las manchas y el fotoenvejecimiento, y aprovechar mejor y sin riesgos el efecto del sol. “Mientras más tiempo pasemos al aire libre, más fácil es mantener los niveles de vitamina D dentro del rango terapéutico, aumenta la formación de serotonina, un neurotrasmisor que nos provoca sensación de felicidad y energía. Sin embargo, en verano no se duerme lo suficiente, nuestro reloj social se retrasa con cenas y salidas, por lo que no coincide con nuestro reloj biológico y esto se nota en la piel”, apunta Inmaculada Canterla, licenciada en Farmacia, especialista en Dermocosmética, Nutrición y Dietética, y Medicina Antiaging, y directora de Cosmeceutical Center.
Mucha hidratación
Canterla recomienda que las duchas diarias sean con jabones sin demasiados tensioactivos o perfumes y aconseja la aplicación continua de fórmulas “altamente hidratantes, calmantes, reparadoras y antiinflamatorias con avena, aloe vera, manteca de karité, provitamina B5 y vitamina B3, ceramidas, vitamina E, ácido linoleico y ácido hialurónico”, para ayudar a calmar la piel y compensar el deterioro.
Para el sol
Hay que aplicar el filtro solar treinta minutos antes de salir de casa, aunque no se vaya a la playa, el campo o a la piscina. La directora de Cosmeceutical Center recuerda que hay que reaplicarlo cada 2/4 horas y por supuesto después del baño o de sudar en exceso, evitar la exposición de de 12h a 17h, y utilizar gafas de sol, sombrero o visera para cubrir la piel de la cara.
Después del baño
Eliminar el cloro y la sal limpiando con agua micelar y aplicar el protector solar de nuevo.
Después del sol
Al volver a casa después de la exposición solar, aplicar un serum de vitamina C en el rostro. Los antioxidantes y el hialurónico son algunos de los principios activos más recomendados para esta época del año.
Eliminar de la rutina
En los meses de sol, hay que eliminar de la rutina los productos que incluyan ingredientes como los ácidos o derivados del ácido retinoico porque al exponerse al sol podrían provocar manchas en la piel.
Pieles grasas
Aunque parece que las pieles mixtas y grasas mejoran con la exposición al sol, Leticia Carrera recuerda que el calor activa las glándulas sebáceas, lo que empeora los granos y la zona T. “Hay que cuidar mucho la limpieza y hacerla dos veces al día y utilizar mascarillas seborreguladoras”.
Qué comer
No solo de tratamientos hidratantes y protectores solares vive el hombre. La alimentación, al igual que la cosmética, también debe adaptarse en verano, bebiendo más líquido y tomando platos ricos en antioxidantes (frutas y verdura frescas sobre todo). La doctora Laura Coloma, especialista en Nutrición Ortomolecular, recomienda también el aceite de onagra y el de borraja, “ya que tienen acción antiinflamatoria y antipruriginosa, además de favorecer la recuperación del manto lipídico de la piel” aconseja la doctora.
Después de las vacaciones
Para controlar la deshidratación de la piel, Leticia Carrera aconseja por último utilizar una mascarilla hidratante todos los días durante un mes después de las vacaciones.