Alta Costura se refiere a la creación de prendas a medida de cada cliente y tan sólo las grandes firmas de moda y lujo pueden realizarla. Las prendas se trabajan de manera absolutamente artesanal, con excelentes modistas, patronistas, costureras… que pasan horas manejando materiales y telas de una calidad suprema. Los detalles se cuidan hasta la extenuación y finalmente se consigue un efecto visual irrepetible. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, el traje de plumas de la Kidman en aquel lujosísimo anuncio de Chanel a lo Moulin Rouge?
La pasarela nos enseña las creaciones base de cada diseñador que después encargará cada cliente de una manera absolutamente personalizada. Que os gusta el 5 de Jean Paul pero no termináis de encajar alguno de sus detalles… no os preocupéis que le cambiarán hasta el apellido si os empeñáis y pagáis por ello.
En Francia, el término Haute Couture está protegido por la ley y está definido por la «Chambre de commerce et d’industrie de París». Para ganarse el derecho de autodenominarse «casa de alta costura» y de usar el término «haute couture» las Casas deben seguir las siguientes reglas: Diseñar ropa bajo pedido y a medida para clientes privados; Los diseñadores pueden vender únicamente un diseño de cada prenda de la colección por continente; Tener un taller o «atelier» en París con al menos 20 artesanos de tiempo completo; Presentar cada temporada dos veces por año: para primavera-verano y para otoño-invierno ante la prensa en París, una colección de al menos 35 diseños para su uso de día y de noche.
Dicho lo cual… ¿Qué ha pasado en la última presentación de Haute Couture en París? Hemos elegido a nuestros favoritos: Raf Simons con Dior; Atelier Versace, Jean Paul Gaultier, Chanel y Valentino.
Empecemos por Dior: Raf Simons ha rubricado su tercera y ha cambiado de registro: Patrones y parches geométricos, inspiración nipona y africana, detalles metálicos circulares y tintes parciales con la técnica antigua del shibori. Los vestidos de cóctel llegan a lo masai pero en una versión elegantísima en blanco y negro. Hay una clara apuesta por las siluetas verticales y mucha, mucha “palabra de honor” que no se nos cae. La paleta va desde el blanco, al rojo, cobalto, negro y vainilla y, como no, el rosa palo ¡Qué bonitos los bordados de plumas! ¡Que caritas de admiración las de Olivia Palermo, Jennifer Lawrence, Marisa Berenson y Natalia Vodianova! ¡Qué divertido el tweet de Jourdan Dunn, modelo excluida del desfile de Dior por su físico: “¡Acaban de cancelar mi participación en el desfile de Dior por mis pechos! Amo la moda”.
Donatella esculpe a sus modelos con siluetas sexys y potentes. Su patrón tiene tres ejes: realza, potencia y reafirma. ¡Cómo le gustan los embutidos a esta mujer! Sus colores son los negros, azules, grises y burdeos y sus tejidos el mohair, la seda y el terciopelo. Un toque de bordados de fantasía para encajar el oscurantismo barroco es un alivio. También lucir vestidos abiertos que dejan ver excelentes bustiers, siempre que se de la talla. Allá iba Naomi seductora y brillante para abrir y cerrar el desfile. No hay pantalones; solo faldas en todas sus versiones. Lentejuelas, encajes y pieles. ¡Cómo se gusta así mismo el Atelier Versace!
Llega Chanel y el Kaiser en un escenario apocalíptico, mmm, lo que le apasionan las excentricidades a Karl. El Grand Palais era un teatro ruinoso y sucio con asientos de madera para los invitados. Todos se miran aterrados… No me ensuciaré mi look ¿verdad, Karl? Por lo visto su idea era unir al viejo con el nuevo mundo, para lo cual ha mezclado su emblemático tweed con tejidos futuristas, hilos metalizados, lentejuelas y brillos. También la inspiración nipona con los fajines adorna los trajes e inspira los tupés.
Nuestro favorito, Jean Paul Gaultier. Suena el temazo de la Pantera Rosa y empiezan a salir felinos vestidos. Pelo y prendas: animal print. Oversize en chaquetas y luego vestidos superajustados a la cintura. Faldas lápiz, corsés y la mezcla en tejidos: pieles, lentejuelas, terciopelos, gasas…
Valentino sigue teniendo la firma de Maria Grazia Chuiri y Pier Paolo Piccoli. De esta colección se ha dicho que era sublime, oscura y puritana. Brocados, bordados, tweed y cachemir, perlas incrustadas, plumas… Todo muy barroco y medieval. Pero siempre con las cinturas bien marcadas.
Como veréis hasta ellos coinciden en las tendencias, pero una cosa a estas alturas está clara: la Haute Couture ya no es moda… ¡Es arte!