Parecía increíble que en tan poco tiempo –el diseñador americano había llegado a la maison francesa de origen español en 2012, sustituyendo a Nicolas Guesquière– Balenciaga y Wang rompieran su unión. Los motivos no trascendieron oficialmente, pero los beneficios económicos no tuvieron nada que ver porque en los últimos años habían crecido exponencialmente. Todo indicaba que el diseñador estaba demasiado ocupado con su firma homónima y su segunda línea, para prestar la dedicación necesaria a la histórica casa de moda. De hecho Wang abrió una flagship store de su propia firma un día después del anuncio de su despido.
Tras sólo ocho colecciones de ready-to-wear, Wang dejó un jugoso puesto vacante en Balenciaga y las quinielas a principios de agosto no se hicieron esperar. El que más sonaba fue Julien Dossena, actual director creativo de Paco Rabanne, pero otros nombres como Bouchra Jarrar o Chitose Abe, de Sacai, también se escucharon. Hubo quien, siguiendo el influjo de Gucci con Alessandro Michele, apostó por alguien del equipo interno de Balenciaga.
Nadie acertó las apuestas, y solo cuatro días después del último desfile de Alexander Wang para la firma, el grupo Kering ha sorprendido anunciando el nombre del nuevo director creativo y responsable de la imagen corporativa de Balenciaga: Demna Gvasalia, director creativo de la marca Vetements.
Esta firma se fundó en 2014 en París por un colectivo creativo formado por siete diseñadores que inicialmente permanecieron en el anonimato debido a los compromisos contractuales con otras firmas, pero a finales del año pasado, Gvasalia salió del anonimato como diseñador jefe y único portavoz de la marca, y su hermano Guram como el encargado de la parte comercial del negocio.
Demna Gvasalia (34 años), proveniente de la ex República Soviética de Georgia, comenzó estudiando economía, pero acabó graduándose con honores en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes (alma mater de Martin Margiela y de los Seis de Amberes), para después trabajar bajo las órdenes de los mejores, primero de Margiela –Vetements está tremendamente influenciado por el anónimo diseñador– y después de Marc Jacobs y Nicolas Guesquière, en Louis Vuitton. Paradójicamente, el nombramiento del diseñador ha coincidido con el desfile de Louis Vuitton robándole el protagonismo a Guesquière y acrecentando la fuerte rivalidad entre los dos grandes holdings de lujo: LVMH y Kering.
Al margen del director creativo, Vetements ha llamado la atención de la industria, la crítica y el público, porque ha creado una escena alternativa dentro de la moda parisina y aporta una energía juvenil y un tanto anárquica a la ciudad, que está asociada a la Alta Costura y a las maisons conservadoras a las que se une ahora Gvasalia. Con solo cuatro temporadas, la marca ya ha sido una de las ocho finalistas del Premio LVMH en 2015, cuenta con fans como Rihanna, Jared Leto o Kanye West, y su red de distribuidores está creciendo rápidamente: ya son más de 150 en todo el mundo.
El próximo mes de marzo, Demna Gvasalia hará su debut en Balenciaga presentando la colección Otoño/Invierno 2017 y, haciendo un repaso de lo que ha hecho en Vetements, podemos intuir la dirección que tomará la casa francesa de origen español. Actitud, frescura juvenil, autenticidad, estilo underground, minimalismo, importancia de las siluetas y los volúmenes, simplicidad de cortes y prendas sencillas, renovadas y diferentes. Quizás Vetements contagie a Balenciaga de sus diseños deconstruccionistas y reciclados, centrados en el streetwear urbano reinventado, con nuevas proporciones y materiales no convencionales.
Gvasalia podría revolucionar la firma con el emplazamiento de los desfiles, si Cristóbal Balenciaga era famoso por presentar sus colecciones en la más estricta intimidad, el director creativo de Vetements ha desfilado en un restaurante chino o en un club de sexo. Y esto es solo el principio. ¿Lo más arriesgado? Demna Gvasalia ha anunciado que seguirá al frente de la dirección creativa de Vetements, a pesar de sus nuevas responsabilidades en Balenciaga, algo que podría suponer una ruptura prematura entre el diseñador y Kering por dos factores. Por un lado, la clientela y defensores más conservadores de Balenciaga verían como una amenaza la frescura y la inspiración underground que Vetements podría infundir a la maison. Y por otro, el fuerte compromiso de Gvasalia con su firma.
Este ya ha asegurado al New York Times que seguirá muy presente en Vetements y que su compromiso es para toda la vida. Estas declaraciones dejan a Balenciaga en un segundo plano y nos hace pensar en las palabras que pronunció Alexander Wang en una entrevista en W Magazine: «en Balenciaga soy una variable en una ecuación muy diferente. La maison estaba antes que yo y continuará después de que me haya ido. En definitiva, sólo soy un empleado más«. ¿Pensará lo mismo Demna Gvasalia? ¿Sucederá lo mismo que pasó con Wang y su firma le ocupará más tiempo del que Balenciaga está dispuesto a aceptar?
Todo parece indicar que Wang y Gvasalia no tienen nada que ver, porque a pesar de que ambos son muy jóvenes y están muy influenciados por la realidad de la calle en sus diseños, Demna se inclina hacia el anonimato y un perfil discreto y Wang es un diseñador celebrity con una agenda muy ocupada.
Ahora solo queda esperar y ver como Demna Gvasalia coge las riendas de una marca que genera unos ingresos de 350 millones de euros al año. Y si permanece con las riendas, en 2017 tendrá el desafío de vivir el centenario de la creación de Balenciaga.