Las tres reglas básicas a la hora de llevar traje

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Lucien Laviscount en Cannes.

A la hora de llevar traje, no todo vale. Por mucho que los códigos se hayan relajado, que los patrones hayan ampliado horizontes y que haya una mayor permisividad a la hora de decidir qué es elegante y qué no, existen una serie de reglas conocidas por todos que resultan fundamentales para hacer que la sastrería que se escoja siente bien.

De hacer una correcta elección del diseño depende en mayor porcentaje el acierto –que el tejido sea de calidad, que el color favorezca, que la silueta no genere un efecto disfraz y, sobre todo, que el ajuste sea el adecuado para que no ciña en exceso o cree antiestéticas bolsas–, pero hay otros dos factores que entran también en juego como son el contexto en el que vaya a utilizarse y la manera en la que vaya a ser combinado.

Podríamos enumerar una larga lista con todas estas cuestiones que tienen que ver con el factor social pero no es eso lo que nos ha traído hoy hasta aquí. En lo que vamos a centrarnos en este caso es en esa serie de normas no escritas que conviene tener en cuenta para demostrar saber estar con un traje. Son solo tres pequeños detalles pero son los que los expertos llevan años catalogan como claves para no caer en el error.

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Hugh Jackman con esmoquin.

El largo correcto para las mangas

La longitud de las mangas es quizá el punto más importante a tener en cuenta cuando uno se pone una blazer. A pesar de que existen modelos más o menos fluidos, hay que contar con que el largo de la chaqueta sea adecuado para lo que se lleve debajo. «El truco básico para saber de qué largo deben ser tus mangas con respecto a la chaqueta, es contando al menos 2 cm de puño que sobresale de la camisa. Con este pequeño detalle ya es difícil equivocarse», aseguran desde la firma de moda Lander Urquijo.

Otras marcas como Hockerty reducen a 1 ó 1,5 centímetros la parte de puño a la vista. «Es suficiente con que se vean un poco los gemelos sin que se vea más; todo lo que sea más o menos es sinónimo de una longitud de manga incorrecta», apuntan.

La norma del último botón de la chaqueta

Este punto es a menudo el gran olvidado y es quizá el más importante entre los que más saben de moda. Lo que dice es que en las americanas clásicas hay que dejar desabrochado el último botón siempre. De este modo se evitarán tiranteces y pliegues inesperados.

En el caso de las chaquetas cruzadas, como mejor lucen es completamente abotonadas porque favorecen el efecto alargador en cualquier silueta incluso aunque se vayan a lucir de manera informal.

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David Beckham con traje cruzado.

El pantalón posa sobre el zapato

«Aunque los cortes modernos suelen presentar versiones más cortas de los pantalones, la mayoría siguen aplicando la regla clásica de la caída del pantalón», cuentan desde Hockerty, sello desde el que afirman que esa pequeña arruga de la parte inferior de un traje debe presentar un solo pliegue. «Al sentarte, mostrarás más la pierna, pero los calcetines del traje la cubrirán. Así es como debe quedar un pantalón de traje perfecto. Al comprarlo en la tienda, puede ocurrir que el pantalón sea demasiado corto; evita a toda costa que se vea la pierna desnuda», recomiendan.

«La medida ideal es que el pantalón tan solo pose sobre tu zapato. También es importante tener en cuenta los dobladillos del pantalón y el cierre de la cintura para conseguir una caída natural del tejido», añaden desde Lander Urquijo.

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