No se trata solo de un capricho, aunque podría serlo. Tampoco de un mero elemento de distinción, que lo es. Las razones por las que un hombre decide hacerse una camisa a medida son, a veces, más materiales: conseguir una prenda que se adapte a sus hechuras por ejemplo; o acceder a un amplio rango de tejidos de calidad y a una confección única. Sin olvidar, por supuesto, las posibilidades de personalización, con la elección del cuello, los puños, el color del hilo o la ubicación, si se desean, de las iniciales.
Los servicios de camisería especializados, como el de El Corte Inglés, dan respuesta a estas inquietudes con una experiencia de compra personalizada de principo a fin. Arranca con la toma de medidas por parte de los sastres de la firma; continúa con la elección del tipo de cuello, los botones, el color del hilo y, por supuesto, los tejidos, que se presentan organizados no solo por conceptos, también por precio, desde 90 hasta 340 euros.
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Comienza entonces el proceso en el taller, donde las medidas son llevadas a un patrón excusivo para cada cliente y luego trasladadas al tejido. Las partes de la camisa se unen a mano, para garantizar el respeto al dibujo y, tras realizar los bordados deseados, cosidas luego a máquina. Tres semanas después del inicio, el cliente recibe la camisa en un espectacular packaging: envueltas en papel de seda y en una caja personalizada que incluye un juego de ballenas y, en su caso, un juego de gemelos. El broche final.