Imagina fantasías sexuales
No se va a enterar ni siquiera tu pareja. En estas ocasiones el control es absolutamente tuyo. Puedes imaginar cualquier cosa que tengas en la cabeza y que no te atrevas a poner en práctica pero que, sin embargo, te “pone” los pelos de punta. Si te atreves a ir más allá de la pura imaginación, una que no falla y que tampoco necesita asumir mucho riesgo es colocar un espejo en el que os veáis los dos… Tendréis una visión inédita de vuestra relación sexual y os dará nuevos ángulos que explorar.
Cambia de lugar
Abandona la cama y explora nuevos espacios. Si la casa está vacía casi no hace falta que te recuerde que la encimera de la cocina puede servir también para otras cosas que no son precisamente cortar cebolla. Compartir una ducha ahora que hace este calor, tampoco es una mala idea. El sofá, los sillones, las sillas, las mesas… ¿cuándo ha sido la última vez -si es que alguna vez lo pensaste- que imaginaste que estos instrumentos no son sólo mero mobiliario? ¡Acción!
Déjate desnudar o desnuda tú
Eso de colgar la ropa, cada uno la suya en una silla, no deja de simbolizar el descanse en paz de la pasión. Esfuérzate un poco y seduce de nuevo como lo hacías al principio. Unas cuantas palabras cariñosas e insinuantes al oído y empezar a desabrochar botones y cremalleras lentamente y sin que el otro se lo espere… Suele funcionar muy bien. Volveremos a redescubrir rincones del otro y nuestros propios que teníamos olvidados.
Practica más a menudo lo oral
No consiste precisamente en el arte de la oratoria. Suele encantar a ambos sexos y debes dejar volar la imaginación con un miembro musculoso que no sirve sólo para vocalizar. Explora con la lengua las zonas más cercanas a la que más nos interesa, hazlo despacio y como nunca has probado antes. Sorprenderás gratamente a tu pareja.
¿Juguetes? Por supuesto
Eres un as en el Call of Duty y con la consola en general y sin embargo tus juegos no pasan de lo electrónico frente a una pantalla. Levántate y atrévete a jugar de verdad y con tu pareja. Compra algo que sepas que le puede sorprender y, sin decirle nada, ataca de repente y con suavidad. Le va a encantar, seguro. De ahí a sugerirle juegos avanzados con posturas del Kamasutra hay un paso mínimo… Y todo será disfrutar.