Vicente Gallart: «Las it girls se han convertido en escaparates para vender de todo»

Vicente Gallart: "Las it girls se han convertido en escaparates para vender de todo"

Vicente Gallart: "Las it girls se han convertido en escaparates para vender de todo"

Pregunta: ¿Qué es para ti una It girl?

Vicente Gallart: Como explico un poquito en la introducción del libro, es una chica ‘eso’, pero claro, la pregunta siguiente sería ¿cómo se puede definir ‘eso’? Es difícil hacerlo con palabras: es innato, se tiene o no se tiene. Las auténticas it girls consiguen ejercer una fascinación entre los que las rodean -y a nivel mediático- que otras no consiguen. Tienen un cierto estilo personal, una cierta personalidad propia que las hace diferentes.

P.: ¿Cuál ha sido la it girl por excelencia de todos los tiempos?

V.G.: Estefanía de Mónaco. A mí los ochenta me marcaron mucho porque me pilló en plena adolescencia y fue cuando empecé a desarrollar mi criterio y de ahí ese affair que tuve con Estefanía de Mónaco a través de la revista ¡Hola!, principalmente, fue algo mágico. Viendo sus fotos entiendo el concepto it girl absolutamente, me parece medio chico, medio chica, rebelde sin causa, princesa por sorpresa, cantante pop, divina por un breve instante, pero qué más da, diseñadora de bañadores de ensueño, loca por tener a los novios más totales que podía haber en ese momento… qué más se puede pedir. Era incansable y estaba out of control y de ahí que el título del libro sea un homenaje a Estefanía porque su single en inglés era Irresistible.

P.: ¿Ha sido la duquesa de Alba una it girl de algún modo?

V.G.: Absolutamente. Pude tener acceso a todas las carpetas del archivo de ¡Hola! y descubrí una faceta suya fascinante de joven, vestida con los modelos más exclusivos, por los mejores diseñadores, rompiendo reglas de protocolo y creando su estilo personal. Una mujer que fue un punto y aparte. La definiría como transgresora porque lo fue a pesar de su cuna y su posición social y luego divertida, una mujer llena de vida. Siempre luchó por su libertad personal. No dejó que le dijeran cómo tenía que ser y cómo tenía que comportarse, pero nunca lo hizo mal porque tenía cultura y era educada.

P.: Destacas la actitud de pioneras como Elisabeth Ponsonby o Louise Brooks. ¿Es para ti la actitud lo más importante en una it girl?

V.G.: Es súper importante. Podría decir que es el cincuenta por ciento, pero es que yo creo que sería más. El tema de la belleza está completamente sobrevalorado, completamente: una it girl no tiene porqué ser bella como los cánones de belleza mandan. Las que he seleccionado para el libro son una muestra de ello. Si me hubiera dedicado a hacer un libro sobre it girls guapas, en el más puro sentido de la palabra, habría sido un aburrimiento. Siempre le he dado más importancia a la actitud y a la personalidad: ante la vida, ante lo que te ocurre y ante lo que los demás te dicen que hagas, que digas. Sin duda alguna es una parte importantísima y yo creo que en la mayoría de it girls que he elegido la tenían y a muchas les sobraba.

P.: ¿Es la sociedad la causa del impulso -y a la vez del declive- de una it girl?

V.G.: La sociedad tiene un papel muy importante en el auge y caída, por así decirlo, de una it girl. Y dentro de la sociedad occidental por supuesto también la moda, en el sentido más especializado. El libro también tiene una parte sociológica y muestra en qué entorno se movían determinados tipos de it girls y cómo eran esos entornos, qué reglas los regían. Sea el entorno que sea, ya sea el París de los años 30 con sus vanguardias artísticas, como la pista de baile de Estudio 54, como la Factory de Warhol o como la alta sociedad de los años 20 en Nueva York, por ponerte ejemplos muy dispares. Cada ámbito social tiene sus reglas y las it girls se veían afectadas por ellas, quisieran o no. Fueron como unas rompedoras de reglas, la gran mayoría: mujeres que decidieron nadar a contracorriente y por ese motivo, a nivel social, también destacaron mucho más. Brillaban, llamaban la atención y algunas se sentían cómodas con esa fama que adquirían, aunque otras lo llevaban peor.

P.: ¿Cuál es el ambiente predominante del que salen las it girls de ahora?

V.G.: Principalmente del mundo de la moda y de la música. Pero el mundo de la moda es el que sigue, de alguna manera, pujando por su propio interés, no lo neguemos. Al mundo de la moda le interesa que funcionen las it girls y ahora más todavía porque las han contratado como vehículos para vender de todo. Ahora son como una especie de escaparate andante.

P.: ¿Son las it girls actuales simples productos prefabricados?

V.G.: La gran mayoría sí, excepto en el caso de Cara Delevingne, que quizá luche un poquito más por unos ideales o por ser ella misma y por cuestionar un poco aquello que le dicen que diga o haga. Excepto ella, que la destaco en ese sentido, el resto parecen monitorizadas, parece que están muy presas de las estrategias de marketing y que además la gran mayoría de ellas se sienten bastante cómodas, en el sentido de que ponen la mano, se les paga una cantidad de dinero y se van tan felices a su casa. Faltan ideales, falta actitud pero auténtica, falta autenticidad.

P.: ¿Cosifica el término it girl a las mujeres?

V.G.: No, yo creo que no va por ahí el tema. Cuando se usa el término it (eso) no es para cosificar a la mujer, sino para definir ‘eso’ que la hace diferente, algo que la hace única. El término it girl lejos de degradar o de denigrar a la mujer, la convierte en algo único, en súper especial. Yo jamás me he planteado esa lectura. Nunca. Cuando escribí el libro, para nada. Es un homenaje a la mujer. He hecho un homenaje a todas las mujeres, algunas más que otras, que me han fascinado desde pequeño y que en gran parte hicieron que me dedicara a la moda y que me convirtiera en periodista de moda. En el fondo, a través de ellas estoy haciendo un homenaje a la mujer y considero que mi libro es, no voy a decir feminista porque me parece demasiado exagerado con respeto hacia el feminismo, pero sí femenino. Pro femenino, diría yo y a mucha honra.

P.: Muchas it girls de antaño necesitaron de una figura masculina para llegar donde llegaron. ¿Consideras que hoy esa figura masculina sigue siendo necesaria?

V.G.: No. En eso hemos adelantado. Las nuevas it girls no necesitan ningún hombre a su lado ni mucho menos para destacar y para convertirse en chicas hacia las cuales prestar una especial atención. En el pasado ya hubo algunas que sí tuvieron a hombres a su lado, pero yo creo que más bien los utilizaron. Muchas de ellas fueron muy listas y cuando de repente veían que un hombre no les servía para nada, les daban la patada. Me parece alentador en cuanto a que muchas it girls lejos de quedarse en el rol de típica chica guapa y sexy, un poco florero fuera más allá y se convirtieron en auténticas mujeres de bandera, como Bianca Jagger, que no creo que llegara donde realmente se propuso por Mick Jagger.

P.: ¿Consideras que la imagen de la it girl ayuda a avanzar a la mujer en la sociedad actual?

V.G.: Tanto como ayudar a avanzar… Yo creo que depende de cómo se plantee el tema de la it girl. Te voy a poner dos ejemplos actuales: si tomamos a Olivia Palermo poco vamos a avanzar, porque es una chica más bien chapada a la antigua, clásica, y así no se avanza. El caso de Cara Delevingne es completamente diferente: está dando otra imagen y yo la considero heredera directa de Kate Moss, porque creo que Moss sigue siendo una it girl que continúa ayudando mucho a las mujeres a avanzar con sus virtudes y sus defectos. Son it girls que se muestran y no claudican, que no dan su brazo a torcer y luchan por ello, y en ese sentido son un ejemplo para las mujeres. Tienen mucha presión, no ceden y cuando han cometido errores en sus vidas privadas, han pedido disculpas y eso que no tenían por qué. 

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