Que el consumidor experimente un auténtico ritual cada vez que abre una botella de vino es el objetivo de compañías como Bodegas Riojanas. Para ello trabajan en perpetuar la tradición vinícola y las distintas variedades de uvas, apoyados en integrar la innovación técnica con la belleza del paisaje. Para estas Navidades proponen dos de sus vinos más emblemáticos. Por un lado, Monte Real Reserva de Familia, un 100% Tempranillo elaborado en el corazón de la localidad de Cenicero, en la Rioja Alta, concretamente en el paraje El Monte. Este entorno se caracteriza por tener parcelas propias de más de 40 años, enclavadas entre los 430 metros y los 530 metros sobre el nivel del mar. Por la cercanía del río Ebro existe una gran amplitud térmica entre sus estaciones y las precipitaciones se encuentran bien repartidas durante todo el ciclo.
Monte Real Reserva de Familia se elabora a través de un proceso de vendimia manual, en base a una selección parcelaria en viñedo donde se evalúa el potencial vitivinícola de cada parcela. Una segunda selección se realiza en el momento de la recolección, buscando uvas sanas y con madurez fenólica.
Su elaboración clásica aúna elementos enológicos innovadores, destinados a potenciar la selección de las ‘levaduras autóctonas’ creadas por la propia bodega, con el objetivo de extraer los aromas varietales los taninos maduros que residen en el hollejo. Su crianza se lleva a cabo en barricas de roble francés y americano de tostado durante 24 meses.
Este vino recibió además el pasado febrero un reconocimiento de 92 puntos por el crítico James Suckling, uno de los mayores expertos a nivel internacional. “Un clásico de Rioja que muestra bayas rojas y negras, toques de setas secas, granos de pimienta, tierra oscura y tabaco en nariz. Carnoso y jugoso en paladar de cuerpo medio, mostrando una tipicidad de varietal fresca de bayas y ciruelas. Disfrutar ya, pero mejor a partir de 2025”.
Por otro lado, la bodega propone brindar con Monte Real Crianza Cuvée, una expresión fruto de un extenso trabajo de selección de los mejores viñedos -todos con edades superiores a 40 años- ubicados en el paraje El Monte. Para su elaboración se seleccionaron cuatro parcelas: tres de Tempranillo y una de Graciano, en una altitud de 450 metros. Su fermentación se realiza en depósitos troncocónicos de acero inoxidable, utilizando levaduras propias, con el objetivo de reforzar el carácter singular del suelo. Su maceración se lleva a cabo durante 25 días, buscando una gran complejidad aromática y cromática, en barricas de roble americano y francés.