La Chimenea
Casi se desea que esté atascado el cruce del pueblo de Guadarrama, por la antigua N-VI, para poder parar en La Chimenea. Siempre tranquiliza el ver a Vicente al lado de las brasas. Con un ojo vigila la parrilla y el punto de la carne, y con el otro la barra, donde sus croquetas, sus boquerones y sus pimientos justifican el tener que abrir hueco para ellos -con ese juego de cadera y codo que solo tenemos los muy aficionados a los bares de calidad-. Si hay tiempo, siempre podemos comer en la sala. Eso sí, el humor de Marta a la hora de reservar mesa nos puede condicionar la comida. (Guadarrama, Madrid. Telf. 918 54 29 36).
Alto del León
A un lado Madrid; al otro, Segovia. Aquí tienen al atardecer la mejor vista nocturna de Madrid, con la iluminación de la AP-6. Por aquí pasa todo el mundo, desde la patrulla de la Guardia Civil hasta el dominguero que quiere presumir de coche nuevo, pasando por la parejita que quiere darse un beso frente al pinar o el niño insoportable que necesita una parada técnica.
Sus carnes a la brasa son un buen reclamo, pero lo obligado son sus tortillas, sobre todo cuando son recientes, altas, cuajadas y generosas en ingredientes. Además, las vistas son gratuitas (Kilómetro 56,2. Guadarrama, Madrid).
Bar Volvoreta
Mucho y bueno se puede escribir de la colección de bares que defienden la N-VI a su paso por San Rafael. Soy un defensor de los churros del bar Jara o de los huevos con pisto de la Brasserie. Sin embargo, hay que defender el buen hacer de Mariano y su padre en el Volvoreta, casi cuando las casas de San Rafael miran a El Espinar. Si está su Toyota en el aparcamiento, seguro que ya está él en la cocina. Excelente ensaladilla rusa, buenos torreznos y un menú de diez euros justifican la parada en este bar en el que la amabilidad de los camareros en la barra se demuestra porque saben lo que vas a pedir (San Rafael, El Espinar, Segovia).
Valdechin
Casi se debería hacer una modificación para tener un buen acceso a este típico bar de carretera. El lugar merece una visita por sus desayunos. El café aquí se trata con cariño y las tostadas con aceite son un referente. En invierno, su chimenea se agradece casi tanto como la tortilla que ofrecen con unos torreznillos o unas tiras de morro que nos recuerdan a los que preparaban nuestras abuelas. Si necesitamos un suplemento energético, la opción de los huevos fritos con taco de lomo es un clásico de la zona. ¿Quieres más? Pues ese menú que tienen por diez euros. Al salir del parking, por favor, siempre en dirección Madrid, ya que el helicóptero de la DGT amortiza con sus multas las horas de vuelo en la zona.(Kilómetro 85. Villacastin, Segovia).
Estación de servicio Shell
No parece un lugar muy prometedor por su aspecto, pero la realidad es muy distinta. Lo que empezó como un lugar de encuentro entre los moteros que acudían a Pingüinos, se ha convertido en un clásico por sus hamburguesas. Buena carne, bien preparadas y excelente relación calidad-precio. Dicen que Melendi es uno de sus clientes más famosos, pero por aquí todo el mundo ha parado (Kilómetro 186. Villavieja del Cerro, Valladolid).
Los Ángeles
Probar el menú de este lugar es casi un ejercicio de calendario. De lunes a viernes, 11 euros; los sábados, 13; los domingos, 15. Así es la vida y así se hacen las cosas. Curiosamente, las raciones son muy semejantes. En temporada, se sabe que su receta de Ancas de rana bien justifica los 24 euros que vale el plato. Delicioso manjar que no todo el mundo entiende, pero que merece una visita (Kilómetro 292. Valcabado del Páramo, León. Telf.: 987666205).
Delfín
La cantidad no suele ser compañera de la calidad, pero hay que reconocer que este lugar ha logrado mezclar las dos cosas. José Manuel es un digno sucesor del local que inauguró Delfín en los años 60. Diez primeros y diez segundos con excelentes platos de cuchara como protagonistas. Su fabada y sus lentejas son dignas compañera de carnes del Esla o guisos de bacalao. Sus natillas y sus flanes también han traído a más de un peregrino que hace el camino de Santiago (Kilómetro 326. Astorga, León. Telf.: 987602414).
La Magdalena
Un clásico del mundo del transportista, pero hay puntos tan clásicos que siempre merecen la pena. Una veintena de primeros y otros tantos segundos no facilitan la decisión de qué comer, pero merece la pena el esfuerzo. Su menú de 14 euros es una buena recomendación.
Además José Antonio ha integrado algunos productos de la zona con su chuletón de vaca a la piedra. Cierra los sábados por la noche y los domingos (Kilómetro 336. Combarros, León. Telf.: 987606559).
Mirador del Ermitage
Iván Martínez sabe cómo hacer las cosas. La Bañeza siempre ha tenido una gran tradición buena repostería, en parte gracias al buen hacer durante muchos años de Paco Rubio, maestro repostero. Sus chocolates lo convirtieron en un lugar de referencia y algunos dicen que más de un cliente pide el menú de 11,50 euros para poder tomarse su arroz con leche. Ya no tiene el ambiente glorioso de cuando se usaba su discoteca y sus jardines eran escenarios de numerosos reportajes de boda, pero aquí se sigue comiendo muy bien. Sus alubias de La Bañeza y sus patatas con bacalao son un referente (Kilómetro 300. La Bañeza, León. Telf.: 987641812).
A ruta esmeralda
¿Podemos parar, comer y disfrutar de un menú por nueve euros? Pues sí, este restaurante lo demuestra. Su cocido o su caldo gallego ya justifican la visita, que se redondea con pescados y carnes guisados con recetas muy tradicionales. Es una cocina de puchero y cazuela que se complementa con su tarta de Santiago y de manzana.
La misma propiedad gestiona el local desde su fundación hace casi 35 años. (Kilómetro 538. Begonte, Lugo. Telf.: 982398102).