Ensaladilla rusa con judías blancas
Sabemos que no estás dispuesto a meterte entre pecho y espalda un guiso con judías blancas en estas fechas y que con sólo pensarlo se te cae el goterón. Aun así, no tienes por qué dejar de disfrutar de unas buenas judías ahora. Te proponemos que elabores una ensaladilla rusa, pero sustituyendo la patata cocida por las alubias -puedes usar unas de bote para ahorrar tiempo en la elaboración-. Ya sabes, añade todo lo demás como siempre: zanahorias cocidas, huevo duro, aceitunas, guisantes, atún y la mahonesa, además de un toque de sal y perejil (a gusto del consumidor). Verás cómo la textura es similar y cómo el sabor es igual o casi más rico que el de la típica ensaladilla.
Hummus
Ésta es una de las formas más ‘divertidas’ de comer garbanzos en temporada estival, ya que es ideal para servir en reuniones y disfrutar de un picoteo saludable. Mezcla 400 gramos de garbanzos ya cocidos, añade 3 cucharadas de tahini (pasta de semillas de sésamo que puedes comprar ya hecha en tiendas de dietética), 2 dientes de ajo, medio limón exprimido, 2 cucharadas de aceite de oliva, una ramita de cilantro, pimentón, comino en polvo y una pizca de pimienta negra y sal. Tritura todo en la batidora, aunque se puede hacer a mano, pero quedará una mejor textura de la primera forma. Sírvelo con un poco de pimentón espolvoreado, un chorrito de aceite y una hojita de perejil o del propio cilantro. Acompáñalo de tostas o tiras crudas de zanahoria, pepino o apio para mojarlo.
Garbanzos con espinacas
Otra manera de prescindir de la cuchara y además, de comer espinacas, que también es otro de los grandes alimentos olvidados o que da pereza comer, es acompañarlas con los garbanzos. Cuece espinacas congeladas y alíñalas con aceite de oliva tras escurrirlas. Fríe en una sartén láminas de ajo e incorpora garbanzos de bote y rodajas finas de rábano. Déjalo unos minutos hasta que quede crujiente, sin que lleguen a cocinarse del todo. Pica cilantro y mézclalo con los garbanzos. Para presentarlo te proponemos que hagas una cama con las espinacas y sitúes encima las legumbres.
Ensalada de lentejas
Por todos es sabido que las lentejas son fuente de hierro. Por su tamaño y su sabor no sólo son aptas para platos guisados, sino que en ensaladas quedan perfectamente. Puede que no se te haya ocurrido, pero haz la prueba. Pon como base lentejas ya cocidas en vez de lechuga y añade los demás ingredientes, como tomates cherry, daditos de mozzarella o de otro tipo de queso, tiras de pimiento rojo y verde, perejil, algún fruto seco como pipas de girasol o nueces y alíñala al gusto con aceite y vinagre, el de manzana va muy bien. También puedes elaborar una vinagreta mezclando aceite de oliva, vinagre de Módena y miel.
Sopa de guisantes
Los guisantes son otras de las legumbres que más allá de prepararlos con jamón o de añadirlos a la ensaladilla -y casi en calidad decorativa-, les sacamos poco partido culinario. Una receta fácil es hacer con ellos una sopa. Cuece zanahoria y rehoga puerro. Vierte en la batidora guisantes de bote y añade caldo de verduras previamente calentado. Incorpora la zanahoria y el puerro y condiméntalo con sal y pimienta. Tritura todo hasta que quede líquido. Para servirlo, puedes espolvorear un poco de menta o hierbabuena picada.