Los primeros Maserati descapotables se remontan a los orígenes de la compañía, cuando dos coches nacidos para competir, el 4CS de 1931 y el 8CM de 1932, se adaptaron para su uso en carretera. Nació así una historia de grandes éxitos, en la que los spyders, como se conoció a los descapotables de Maserati, se convirtieron en auténticos iconos por su capacidad para proporcionar esa sensación única que supone combinar la emoción al volante con el contacto con la carretera y el paisaje.
En esa historia, cuenta con un lugar destacado el emblemático coupé GranTurismo. Casi en paralelo, Maserati construyó el GranCabrio, que llega ahora en una nueva versión que combina las altas prestaciones de un deportivo con un confort adecuado para largas distancias y con cuatro plazas reales. Con un motor de seis cilindros y tres litros, su arquitectura recurre al uso de materiales ligeros, como el aluminio y el magnesio, y su sistema electrónico con funciones de ciberseguridad garantiza la mejor experiencia de conducción.
Su capota puede accionarse a velocidades de hasta 50 km/h y se abre en solo 14 segundos. Los avanzados sistemas multimedia y de infoentretenimiento, un interior con la elegancia inconfundible de la marca y el conjunto de ayudas a la conducción convierten al nuevo Maserati GranCabrio en el mejor heredero de esa historia de éxito.