Cuando el lujo se encuentra en los detalles

Cuando el lujo se encuentra en los detalles

Cuando el lujo se encuentra en los detalles

Las sinergias creativas entre firmas del lujo conduce la mayoría de las veces a creaciones revolucionarias técnica y estéticamente. Las últimas en integrar sus conocimientos y experiencia son Vacheron Constantin y Rolls Royce, que se unen para crear un nuevo reloj de salpicadero diseñado para complementar la suite interior del Rolls-Royce Amethyst Droptail. Se trata de una edición limitada que refleja los códigos de este exclusivo automóvil y reafirma el compromiso de ambas casas con los más altos estándares de ingeniería mecánica.

Creado por los expertos artesanos de Les Cabinotiers -el departamento especializado en crear relojes personalizados a la medida de los deseos de los clientes-, en este nuevo ejemplar las formas, los materiales y los colores se complementan con el aspecto interior del Rolls-Royce Amethyst Droptail. «Las dos marcas centenarias comparten una búsqueda de la perfección que consiste en empujar constantemente los límites de la factibilidad. Esta filosofía es un excelente catalizador para la innovación y el buen gusto, tanto técnicamente como estéticamente», apunta Christian Selmoni, Director de Estilo y Patrimonio de Vacheron Constantin.

Un calibre excepcional

Los relojeros de Vacheron Constantin equiparon la pieza con el calibre 1990, un movimiento de cuerda manual que incorpora algunos desarrollos técnicos derivados de la Referencia 57260, una de las complicaciones técnicas más célebres de la maison, presentada en 2015. Esta elección está inspirada por la pantalla birretrograda con retorno instantáneo de las horas y los minutos y las agujas están hechas de titanio, que es extremadamente ligero y más resistente que el acero.

En este modelo, el tourbillon aparece en una versión «armilar» compleja. Este término es un guiño al trabajo del relojero francés del siglo XVIII Antide Janvier, quien inventó una esfera móvil con un engranaje conocido como armilar. Visualmente, este tourbillon evoca los círculos entrelazados y las armillas (discos de metal graduados) del famoso instrumento científico que modela la esfera celestial. La construcción de este tipo de regulador, diseñado para compensar los efectos de la gravedad en el funcionamiento suave del movimiento, consiste en dos carros anidados que giran alrededor de dos ejes diferentes a una velocidad de 60 segundos por rotación para formar una esfera en movimiento perpetuo. El tourbillon fue desarrollado a principios del siglo XIX precisamente para poner solución a los problemas de isocronismo que afectaban al espiral del volante de los relojes de bolsillo, que también solían alojarse verticalmente en un reloj de bolsillo.

El Rolls-Royce Amethyst Droptail.

Obsesión por el detalle

La atención dedicada a los detalles y acabados demuestra el cuidado meticuloso brindado al proyecto por los equipos de Rolls Royce Coachbuild y Vacheron Constantin. El dial de zafiro del reloj revela la completa belleza del Calibre 1990, incluida una platina con un revestimiento de color malva con un acabado satinado. Los puentes del dial están cortados con precisión, biselados a mano y adornados con un patrón Côtes de Genève que también se encuentra en los puentes del lado posterior en el mismo color malva.

El reloj y sus accesorios pueden ser guardados en un estuche de exhibición elaborado en madera de poro abierto Calamander Light y cuero Amethyst, ambos utilizados en el interior del Rolls-Royce Amethyst Droptail.

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