Dos proyectos postreros de Zaha Hadid (1950-2016) son ya reales. Por un lado, la restauración y conversión del palazzo Capponi romano del siglo XVI en hotel boutique (2015-2025), una obra maestra de interpretación de ‘la ciudad eterna’ como un palimpsesto de capas arquitectónicas graduales, y de la tradición italiana de cultura artesanal y firma de artista. Hadid y su socio, Patrik Schumacher, han hecho que sus 74 habitaciones y suites, con mármol de Carrara, cedro o frescos del XVII, sean mundos en sí mismos.
Por otro, la estación del distrito financiero Rey Abdullah (2012-2024), intercambiador clave del metro de Riad, la capital saudí, en servicio desde diciembre. Una gran red tridimensional de seis plataformas en cuatro niveles, definida por una secuencia de ondas opuestas inspirada en los patrones del viento sobre las arenas del desierto y la arquitectura local.