No es necesario buscar paralelismos para hablar de Miguel Ángel Jiménez y Audemars Piguet, y de una relación que comenzó hace ya 11 años. Peso si es verdad que hay muchos detalles que les unen. Uno y otro han marcado un camino donde el éxito se prolonga en el tiempo, quizás porque como dice Miguel Ángel Jiménez, el secreto para vencerlo “está en disfrutar con lo que haces. Yo llevo 28 años en la gran competición y no me he dado cuenta de cómo se ha ido de rápido porque en el fondo estoy haciendo lo que me gusta en la vida. Cuando estoy con un palo en la mano disfruto, siempre desde el respeto a los demás competidores, por supuesto, y qué decir cuando ademas eres el que gana”.
Algo parecido ocurre con Audemars Piguet, cuya contribución relojera sigue tan activa como el primer día, con creaciones como el Royal Oak Offshore creado para los golfistas que forman parte de su Dream Team de embajadores, y entre los que se halla Miguel Ángel Jiménez. Una pieza que, como ocurre en cada nuevo trabajo, también presenta detalles diferentes. En este caso es la primera vez que la manufactura de Le Brassus emplea cerámica de un color que no sea blanco o negro. Y se ha decantado por el azul. Distinguido y distinguible La tonalidad azul en la cerámica tampoco es muy habitual y es lo que puede verse en los detalles de la corona y los pulsadores del cronógrafo, mientras que el resto de la caja opta por la cerámica blanca.
Distinguido y distinguible
Pero el color azul no se circunscribe únicamente a los detalles de la caja, también está presente en la esfera con su característica ‘Mega Tapicería’ y en la pulsera de caucho de color azul hielo. Esos detalles que cautivan al público y que dotan de personalidad, como la que exhibe con orgullo su embajador de golf: “Yo soy como soy y no cambiaré. Y veo que el camino de Audemars Piguet es también muy recto. Considero que es una marca que defiende los valores de la relojería, de la historia y su visión es tremendamente artesanal. Y yo me considero un artesano del golf”. Y no hay duda que en este apartado también son personalidades ‘gemelas’.
El trabajo relojero
Miguel Ángel Jiménez no deja de sorprenderse, a pesar de su larga relación con la marca, “con el trabajo de los relojeros. Los miras y vez que son capaces de hacer tantas cosas, de incluir tantas complicaciones en una caja tan pequeña. Me parece algo increíble esa precisión que muestran”.
La misma que él con un palo de golf en sus manos, y de forma especial “cuando el golpe lo ejecuto con el drive, que es mi palo favorito. Poder tener el control y saber cómo hacerlo, esa es la cuestión”. Pero no es tarea fácil, aunque Jiménez se considera un jugador de moral alta y que resume en “ese disfrute del que hablaba. Es hacer lo que tu quieres en todo momento. Ese es el único secreto. Soy un privilegiado y vivo de lo que me gusta. Mira que no me gusta viajar en avión pero he dado varias vueltas al mundo. Y seguiré jugando mientras sepa que puedo ganar un torneo si juego bien. Ahora bien, el día que jugando bien no pueda ganar, y sea consciente de ello, cuelgo los palos”. Espíritu ganador y también reflexivo. Mentalidad de líder, de jugador diferente. Esa que también atesora Audemars Piguet.