Un auténtico templo gastronómico se abre paso entre el Montgó y el Mediterráneo, en pleno corazón de la Costa Blanca. La pintoresca ciudad de Dénia alberga un reconocido restaurante que lleva por nombre el de su director y dueño: Quique Dacosta. El cacereño ha logrado tener el único restaurante triestrellado de toda la Comunidad Valenciana gracias a su perfecta fusión de tradición y vanguardia.
Aunque suelen ser las capitales de provincia las que cuentan con los mejores lugares para disfrutar de la gastronomía más pura, Dacosta ha colocado Dénia en el mapa culinario, colándose en la lista de los 50 mejores restaurantes y alcanzando el puesto número 14. «Tras más de 35 años de carrera profesional, seguir en la cúspide y generar el interés de todos nuestros colegas y profesionales nos enorgullece de forma especial«, expresó al conocer la noticia.
Equipo de ensueño para ofrecer una experiencia sinigual
Su manifiesto es claro y es lo que envuelve la atmósfera de su cocina: «Por amor al arte». Los platos son obras de arte elaboradas con mucho tacto por su equipo liderado por él mismo y con Carolina Álvarez como jefa de cocina y Juanfra Valiente como jefe de creatividad. No se trata de alimentar simplemente el estómago, sino también el alma y la mente.
Con el inicio de cada temporada llega un nuevo menú repleto de texturas, aromas, ingredientes locales que plasman como un conjunto en un lienzo en blanco lleno de detalles. Precisamente su última propuesta aterrizó bajo el nombre de Por Amor al Arte, una filosofía que se deja entrever a través de los aperitivos en la terraza que van evolucionando hasta acabar con el postre en la sala.
«Por Amor al Arte»
«Hacer poesía sin palabras», así es como Dacosta define su cocina. El menú degustación de este verano comienza con un primer aperitivo que recuerda tanto sus raíces extremeñas como la tradición valenciana: torta del casar hecha con almendra y acompañada con una tostada de kéfir con mantequilla de leche de oveja montada y trufa.
Juega con texturas y sabores para presentar platos como el buñuelo de pescadilla o una versión de los calamares a la bruta en forma de trampantojo. El arroz de pata toma el protagonismo, típico de Alicante, cubierto con un falso velo de piel de vaca y acompañado de un aire de comino. Asimismo, reinterpreta el sang amb con un guiso de cacahuete con anguila y foie ahumado con pino.
La experiencia se cierra con La Caja de Piluka, un postre floral que homenajea a la madre del jefe de creatividad. Todo ello se puede disfrutar por un precio de 295 euros más dos maridajes opcionales, la armonía de vinos por 150 euros y la armonía de vinos Premium por 200. La bodega la preside el sumiller José Antonio Navarrete y cuenta con más de 1.700 referencias para acabar de redondear el menú.