Hace algo más de un año, el chef principal de la Casa Real Británica informaba a The Telegraph acerca de los gustos vinícolas y destilados de la reina Isabel II, algo que, dicho sea de paso, no fue visto con muy buenos ojos en la opinión pública. Por ejemplo, es sabido que la regente bebe cada mañana una copa de ginebra, además de ser una amante del buen vino, especialmente a la hora de comer.
No es de extrañar, dado que la Casa Real se rodea de los artículos más exclusivos de todo el mundo, y aquellos productos por los que siente predilección gozan sin duda de una especial calidad que reconoce mediante el sello real denominado Royal Warrant, un símbolo de prestigio y reconocimiento para aquellas empresas proveedoras de bienes o servicios a la casa real británica y que solo puede ser concedido por la reina de Inglaterra, su marido el duque de Edimburgo o el príncipe de Gales.
Este distintivo se lleva otorgando desde el siglo XV, y en la actualidad solo 816 privilegiadas empresas cuentan con el garante de calidad que supone el Royal Warrant, entre las que se incluyen marcas emblemáticas como Burberry, Cartier, Barbour, Hunter, el Hotel Ritz de Londres o el famoso té Twinings, entre otras. Sin embargo, solo una marca gourmet española ha conseguido colarse en la lista de imprescindibles de la reina Isabel II: Harveys.
El amor de la reina de Inglaterra por este vino de Jerez es de sobra conocido, hasta tal punto que uno de sus famosos perros de raza corgi se llamaba Sherry. Al mismo tiempo, la marca premium de vinos de Jerez de Bodegas Fundador fue galardonada en 2016 con el Premio al Mejor Vino del Mundo por su variedad Harveys Very Old Amontillado VORS, por el prestigioso concurso International Wine Challenge, conocidos como los Oscar del vino.