Rolls-Royce acaba de satisfacer los deseos de quienes buscan un capricho con el que sorprender a los amantes del motor esta Navidad. No hablamos en esta ocasión de ningún vehículo edición especial como por ejemplo el Phantom Goldfinger que la marca ha creado para rendir tributo a los 60 años que acaba de cumplir la película Goldfinger de James Bond, sino de un objeto de coleccionista pensado para conquistar a todos sus fieles.
La prestigiosa casa de automóviles británica ha presentado una elegante escultura en miniatura fabricada a mano que está concebida como un homenaje a los coches descapotables construidos por la marca en sus primeros años.
Elaborado por expertos con muchos de los mismos materiales utilizados en automóviles Rolls-Royce a escala real y siguiendo un proceso paralelo a la forma en que los coches se fabrican en Goodwood en la actualidad, la escultura es en realidad una maqueta que consta de una serie de piezas individuales de ingeniería de alto nivel diseñadas con cuidado y meticulosidad para el autoensamblaje.
La carrocería se construye uniendo dos secciones, una hecha de roble macizo y la otra de aluminio pulido, que, juntas, recrean el icónico acabado de dos tonos de Rolls-Royce. La carrocería de roble se adhiere magnéticamente al chasis de aluminio, emulando una etapa fundamental en el proceso de ensamblaje de Home of Rolls-Royce conocida como el «matrimonio», cuando esta se monta en el tren motriz, algo que muchos clientes eligen ver en persona cuando adquieren uno de estos automóviles por lo que era imperativo que esta escena pudiera ser recreada en casa.
El último paso del montaje de este modelo que está disponible en las salas de exposición y las boutiques de las oficinas privadas de Rolls-Royce es la instalación del interior. Es llegados a este punto cuando la pieza se imprime en 3D y se pinta en el tono Grace White característico de Rolls-Royce, a lo que ya solo seguiría el paso de colocación del conductor en su posición en la cabina, listo para embarcarse en un viaje de lujo y estilo.
«Crear Cameo fue un maravilloso desafío creativo. La pureza y la naturaleza abstracta de la forma nos permitieron destilar los principios fundamentales del estilo de Rolls-Royce en una pieza escultórica divertida. Cameo está diseñado para cautivar y deleitar, lo que permite a nuestros clientes disfrutar de la artesanía y el arte incomparables de la marca en sus propios hogares», ha señalado el responsable de diseño a medida de Rolls-Royce Motor Cars, Yohan Benchetrit, quien dice que esta maqueta ha sido creada «como una celebración del diseño de Rolls-Royce en miniatura» y por eso ha cuidado hasta el más mínimo detalle como se aprecia en hechos como que los tapacubos autonivelantes permitan que el monograma «RR» permanezca en posición vertical mientras giran las ruedas.