Aunque es en la temporada de verano cuando más se exprimen todas sus bondades, las azoteas no tienen por qué ser de uso exclusivo para los meses de calor. Puede que las posibilidades se reduzcan, pero solo es cuestión de tirar de creatividad para dar con nuevas fórmulas que sean capaces de transformar los espacios al aire libre en entornos mágicos que atraigan las visitas incluso cuando llega el frío.
Entre las innovaciones que se han convertido en tendencias porque combinan comodidad, calidez y vistas impresionantes figuran los iglús. Estos espacios, generalmente transparentes, ofrecen un refugio acogedor frente a las bajas temperaturas, lo que permite disfrutar de un plan de ocio en una atmósfera exclusiva y envolvente.
Este es el caso de las singulares cúpulas que acaban de aparecer estratégicamente colocadas en el rooftop del Bless Hotel Madrid para dotarlo de un ambiente invernal irresistible.
La transformación de la azotea del hotel Bless Madrid ha sido total gracias a lo que han denominado Picos Pardos Winter Edition, una apetecible propuesta que se desarrolla en los diferentes iglús que se han dispuesta en la zona con capacidad para cuatro o seis personas, en los que se puede disfrutar de una cena que te transporta al ambiente de los après ski más exclusivos del mundo pese a que en realidad estés bajo las estrellas con Madrid a los pies.
Y es que el plan promete toda una selección gastronómica acompañada de deliciosos cócteles de Martini entre los que se podrá optar por elegir los platos y bebidas de la carta –con un consumo mínimo de 80 euros–, o a través de diferentes packs pensados para compartir como son Alpine Luxury –incuye botella de Ruinart, fondue de queso suizo y tabla de charcutería y quesos suizos por 175 euros–, Swiss Comfort –botella de Ruinart Rosé y raclette por 225 euros–, Aspen Chic –Champagne Ruinart, fondue mixta dequeso y carne además de tabla de jamón por 200 euros– o Apres Ski Supreme –Champagne Ruinat y 6 piezas de ostras por 125 euros con la posibilidad de añadir caviar a un precio de 200 euros o 4 piezas de ostras por 120 euros–.
Se trata de una propuesta inédita en Madrid que hasta ahora solo estaba disponible en ciudades como Londres o Nueva York en los que la actividad social no se detiene a pesar del frío y que está inspirada en la forma de los iglús tradicionales para ofrecer una calidez inusual y una visión panorámica de la ciudad. Un atractivo plan que va más allá de la comodidad y el calor que permite vivir una experiencia diferente y encantadora en invierno.