No todas las cervezas son iguales en sabor y mucho menos en calidad. Las materias primas y el cuidado proceso de elaboración son las claves para conseguir una espumosa perfecta. Como todo lo hecho por uno mismo saber mejor, y la cerveza no es una excepción, vamos a ver qué hay detrás de la fabricación de esta bebida.
El proceso de elaboración de la cerveza no tiene mucho misterio, pero disfrutar de una buena cerveza o beber un líquido nauseabundo depende plenamente de nuestra destreza trabajando con los utensilios y los ingredientes. Sólo hay una cosa más importante que esto y es la limpieza. El líquido que se va a fabricar es el hábitat perfecto para microbios y hay que evitarlo a toda costa limpiando y desinfectando cada una de las herramientas y recipientes que se vayan a utilizar.
El equipo básico que se necesita para fabricar cerveza se compone de una olla, un macerador, un termómetro, un fermentador, una balanza, un recipiente grande (depende de la cantidad que se quiera producir) con tapa, una válvula de fermentación y un tubo para traspasar líquidos. También hacen falta las botellas para embotellar la cerveza y el chapador para cerrarlas. Cuando ya se tienen las herramientas sólo se necesitan los ingredientes, que son básicamente cuatro: agua, cebada, lúpulo y levadura.
Una vez hayamos limpiado todo y tengamos listos los ingredientes se puede empezar el proceso de fabricación. El primer paso es calentar agua hasta los 65 grados, verter la malta ya molida y dejarla ahí una hora aproximadamente. El resultado, una vez hayamos retirado la malta ya gastada, será un líquido que se asemeja al mosto. Junto con este mosto se pone a hervir el lúpulo durante una hora. Cuando el mosto y el lúpulo están listos, se deja enfriar el líquido resultante desde los 100 grados hasta los 20, cuanto más rápido mejor. Este brebaje será la base de nuestra cerveza, al cual habrá que añadir la levadura y dejar fermentar un tiempo mínimo de entre una y dos semanas. Pasado este tiempo se embotella y se deja carbonatar durante al menos otra semana más.
Kits adaptados a todos los niveles
En líneas generales este es el procedimiento que hay que seguir para elaborar nuestra propia cerveza. A medida que vayamos cogiéndole el truco podremos empezar a hacer variaciones para obtener un tipo de cerveza u otro adaptándolo a nuestros gustos. El malteado de la cebada, por ejemplo, influirá en el color, aroma y sabor de nuestra bebida, igual que el agua que utilicemos.
Existen varios kits para fabricar tu propia cerveza en casa que varían en precio y contenido. Dependiendo de los conocimientos del usuario y el dinero que se pretenda gastar, hay kits pensados para todo el mundo: desde principiantes que se quieran iniciar en el mundo del homebrewing hasta completísimos sets para los más experimentados.
La mejor opción para hacerse con uno de estos lotes es pedirlo por Internet a través de alguna de las numerosas páginas que lo ofrecen: Tu cerveza casera, La tienda del Cervecero, Lupulus Cerveza Artesana, Mas Malta, Elaboradores, Fabricar Cerveza, Cervezartes, Cervezas del Mundo, Cerveza Artesana o Cervezarte entre otras muchas.