Patatas fritas que no verás en la tele: empezar y no parar

Patatas fritas que no verás en la tele: empezar y no parar

Patatas fritas que no verás en la tele: empezar y no parar

La Azucena 

Su bolsa es fácilmente reconocida en varios puestos de Madrid. La Azucena fabrica sus patatas desde 1943 siguiendo el mismo proceder de Melchor de la Hija. Todavía se puede ver cómo las patatas crudas se repelan a mano, cuidando el grosor y friéndolas en aceite de girasol. Siempre me gusta ese tono blanquecino con un punto de sal muy suave, pero sabrosas. Los más adictos a la marca saben que en su tienda de Virgen de la Monjía 2, las hacen cada sábado y domingo por la mañana, dándole ese aire ritual y familiar que le falta a sus variedades más industriales. (Calle Virgen de la Monjia, 2 -Madrid- 916 78 17 27).

Antonio Criado

Estamos en una tienda de barrio, del barrio Lucero, con el recuerdo de aquel cine de barrio con programa doble por 25 pesetas. Antonio es un clásico del barrio y sus churros son casi tan buenos como sus patatas fritas. ‘Antinio’ sabe mucho de patatas y no duda en contárselo a sus clientes ni en apelar a las regiones más primordiales de nuestro ser, es decir, a nuestro estómago y nuestro cerebro. Los Criado conocen todos los secretos de su oficio, saben perfectamente cómo freír a fuego lento unas patatas de primera bien cortadas. ¿El secreto? Saber comprar la patata, que no toda sirve. Es un producto que tiene mucho de ritual… Y después de eso, queda el toque final: añadir el punto de sal adecuado que hace que las devoremos. Aconsejamos comprar dos bolsas… A veces la primera no llega a casa. (Calle Lucero, 4 –Madrid- 91 464 74 96).

Abuelo Estilito

Hace unos meses Alejandro Espada -padre e hijo- debido a la profunda crisis, decidieron volver a sus orígenes y seguir el legado del Abuelo Estilito. Comenzaron a freír patatas como les habían enseñado hace ya 40 años. Con mucho mimo y trabajo han conseguido hacer las patatas más solicitadas de la comarca y una pequeña red comercial las lleva hasta Madrid.Siempre están a punto, porque su pequeña producción no les permite almacenar el producto. Con muy buen criterio, llevan muy poca sal para que el cliente les dé el toque final, incluso se pueden aromatizar con distintas sales. Algunos dicen que Alejandro y su familia han conseguido el sabor de las ferias de antaño, obteniendo así un producto irresistible. (San José de Calasanz, 8 –Lillo, Toledo- 645 83 46 27).

 La Montaña

No es una empresa tan pequeña, pero los aficionados a esta marca sabemos dónde encontrarla recién hecha. Estamos con una empresa familiar netamente madrileña y líder en el sector en los pueblos de la carretera de la Coruña y en los pueblos de la Sierra. La marca empezó en 1965, de la mano de Aurelio Esteban. Aunque entre los aficionados a los aperitivos sus almendras también son un referente, todo el mundo sabe que las patatas no tienen rival… Y aunque sea un producto sencillo, los Esteban le deben la vida a este aperitivo. Su tienda es el mejor sitio para encontrar las patatas con dos niveles de sal. (Calle de Julio Ruiz de Alda, 8Collado Villalba, Madrid- 918 501 499).

 La Golondrina

Esos ciclistas que aceleran en las cercanías del Puente de Segovia para tomar el aperitivo en alguno de los bares del Paseo Extremadura saben que las patatas fritas de La Golondrina son uno de los mejores reconstituyentes. Por cuestiones de logística, el producto se elabora en Fuenlabrada, pero la venta es tan fluida que no se queda en el escaparate.Es un producto muy valorado y honesto. Su fritura suele ser muy suave. El cuidado tanto a la propia materia prima y como al control en la forma de freírlas -sin pasarse con la sal o el aceite- han convertido este local en un referente para todo el barrio. Los que tienen debilidad por los frutos secos saben que sus avellanas y sus pipas son otro buen reclamo para ese partido que nos espera el próximo fin de semana. (Paseo de Extremadura, 1Madrid- 914 644 689).

Salir de la versión móvil