'Pose' muestra la comunidad 'trans' en el Nueva York de los 80

'Pose' muestra la comunidad 'trans' en el Nueva York de los 80

'Pose' muestra la comunidad 'trans' en el Nueva York de los 80

La serie de televisión ‘Pose’, está dando mucho que hablar. Se desarrolla en 1987 y analiza la yuxtaposición de varios segmentos de la vida y la sociedad neoyorquina: el auge del universo de lujo de la era Trump, la escena social y literaria y el mundo de la cultura de los clubes transexuales. Producida por Ryan Murphy, nos sumerge en el Nueva York de los 80, en el corazón de las noches locas de la comunidad ‘queer’ y la cultura ‘dance’. Un viaje en el tiempo a las pistas de baile de Nueva York donde los asistentes a las fiestas se exhibían toda la noche con una mirada desafiante y sofisticadas coreografías.
En la década de 1980, la comunidad homosexual de Nueva York marcada por el SIDA vive asustada, pero con una venda en los ojos, como si no nombrar el miedo pudiera alejarlo de algún modo. Así se perpetúa la ‘cultura del baile’ y de lo que hoy llamamos LGBTQ, aunque dicha comunidad se haya formado como tal hace ya sesenta años.
El documental de culto de Jennie Livingston ‘Paris is Burning’ (1990), visible ahora en Netflix, muestra cómo los equipos que incluían muchas mujeres transgénero, rivalizaban en la pista de baile a base de vestuarios extravagantes mostrando su talento para esas coreografías que parodiaban las poses de las modelos en la sesiones de fotos. En ese momento, el neoyorquino Steven Canals era demasiado joven para frecuentar esos lugares. Pero cuando se convirtió en guionista y vio la película, terminó vendiendo al poderoso productor Ryan Murphy una serie inspirada en este universo.

La serie ‘Pose´ se centra en cuatro personajes, tres mujeres transgénero que participan en estas fiestas y un joven gay lleno de esperanza en su futura carrera como bailarín. Por primera vez en Hollywood, la minoría ‘trans’ está en el centro del escenario. Los productores contrataron a dos escritores de guiones trans, Our Lady J y Janet Mock, e insistieron en que ninguna persona cisgénero —es decir, alguien cuyo sexo al nacer e identidad de género coinciden—desempeñara el papel de una ‘trans’.

Sobre esta base, la serie se desarrolla en un mundo sentimental y sofisticado. Pero ‘Pose’ nació para eso: para sacar a la luz de la cultura dominante sus raíces subterráneas. Esta vitalidad se palpa en la pantalla. Aunque los personajes principales dependen de hombres poderosos y ricos para avanzar en la vida, la toma de distancia y el sentido la ironía, otorga a la serie un optimismo contagioso. Algo muy característico de los miembros de la cultura ‘trans’ de aquel momento que les permitía enfrentarse a las dificultades con una fuerza de titanes.

A fin de cuentas, la creación de Steven Canals también forma parte de la América contemporánea, incluida la inteligente elección de un ejecutivo de finanzas que trabaja en la Trump Tower, donde los jefes esnifan cocaína sobre su mesa de escritorio sin disimulo alguno. Irreverente pero lleno de esperanza, ‘Pose’ afirma la necesidad de una revolución silenciosa, y muestra que las minorías ya no aceptarán ser relegadas al rango de nota a pie de página en la historia.

Salir de la versión móvil