Tras una intensa reforma, el restaurante Puerta 57 ubicado en el interior del Santiago Bernabéu –fue el primer local de estas características en instalarse en un estadio en España– ha vuelto a abrir sus puertas. Lo hace 20 años después de su inauguración y convertido en un establecimiento de más de
1.000 m2 divididos en dos plantas con capacidad para unos 400 comensales en los que hay una sala principal, una zona de mesas altas en barra, un área de privados y reservados, una terraza y las cavas además de la cocina. La mayoría de estos espacios cuentan con vistas al terreno de juego, lo que los convierte en uno de los grandes atractivos para los aficionados al fútbol y en la localización perfecta para la realización de eventos de empresa, reuniones profesionales y celebraciones privadas.
Se trata este de uno de los locales más icónicos que posee el grupo La Máquina, una de las grandes empresas de restauración a nivel nacional que creada por Carlos Tejedor en 1982 y que actualmente lidera Sergio Tejedor junto con Roberto Tejedor como chef ejecutivo y Javier Rueda como CEO.
Con cocina ininterrumpida desde las 12 de la mañana hasta las 12 de la noche y una bodega con más de 150 referencias provenientes de las más exquisitas denominaciones de origen, este restaurante pretende convertirse en destino gastronómico tanto para los amantes del balompié como para quienes quieran disfrutar de una experiencia de ocio diferente.
Una carta centrada en la materia prima
Elaboraciones tradicionales que presentan el producto sin enmascararlo son las que figuran en la carta de Puerta 57, ya que su principal apuesta es por la excelencia en las materias primas. El local se abastece directamente en origen a través de productores, lonjas y mercados de toda España y sus propuestas siguen la línea de otros establecimientos que la empresa tiene repartidos por Madrid.
El frit de langosta al estilo Formentera es uno de los platos más destacados junto con el salpicón de bogavante azul, el bacalao negro salvaje de Alaska maridado en miso, la tortilla especial con callos a la moda de Oviedo; o el arroz con tuétano.
Tampoco faltan en el repertorio algunos clásicos de La Máquina como son la tortilla abierta de patata con alcachofas ni la ensaladilla rusa, al igual que los chanquetes con huevos fritos y ensalada de pimientos o el tradicional cocido que se presenta en tres vuelcos. Además, está también la posibilidad de degustar pescados salvajes por pieza que se ofrecen a diario en función de la disponibilidad según el estado de la mar como son la lubina, el rapito, el lenguado, el besugo o el virrey.
A todo esto hay que sumar los productos de temporada que van ofreciendo en las distintas jornadas gastronómicas que el restaurante celebra a lo largo del año, como por ejemplo la de atún rojo, angulas, centollo o langosta, entre otras; y postres como el flan casero con leche de oveja Latxa del Valle de Ulzama o la tarta casera de queso que sirven para cerrar un almuerzo de la mejor manera posible.
Para quienes prefieran un concepto más informal el local dispone también de una barra llamada Cibeles en la que se puede disfrutar de una propuesta basada en aperitivos, tortilla, ostras o pinchos de steak tartare, tartar de atún o ensaladilla Ilustrada que resultan ideales para un plan distendido.