En el origen de la marca Rolls-Royce están dos hombres de procedencia distinta pero con una inquietud común, la mecánica y, como fruto de ella, el automóvil. Uno de ellos era noble, el joven y rico Charles Stewart Rolls, tercer hijo de Lord y Lady Llangattock. Vio la luz en el prestigioso barrio londinense de Mayfair en 1877 y siendo un niño empezó a interesarse por la electricidad y la mecánica, por lo que su orientación académica fue técnica. Educado en Eton y en el Trinity College, alcanzó la graduación en Ingeniería Mecánica y Ciencias Aplicadas en la Universidad de Cambridge en 1902. A los 19 años adquirió su primer automóvil, un Peugeot con el que no dudó en inscribirse encarreras de coches.
Acabados sus estudios, Rolls decidió dedicarse a los negocios relacionados con el automóvil junto con su amigo Claude Goodman Johnson, con quien fundó la empresa C.S. Rolls & Company, cuyo objeto social fue la venta y reparación de coches y la representación de las principales marcas extranjeras. Pero en su fuero interno latía una obsesión, crear una marca totalmente británica. Audaz como pocos no dejó la competición y su otra afición, la aviación, ni siquiera después de la fundación de Rolls-Royce.
El otro era plebeyo, el modesto quinto hijo de un molinero de la pequeña localidad de Alwanton, muy cerca de Peterborough, donde nació en 1863. Al contrario que para Charles Rolls, para Frederick Henry Royce la escuela fue un lujo y apenas pudo asistir a ella. Faltos de recursos para atender las necesidades de su prole, sus padres decidieron emigrar a Londres donde subsistieron vendiendo periódicos. Royce tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven, repartiendo telegramas por el West End hasta que la ayuda de una pariente le permitió entrar de aprendiz en la empresa Great Northern Railway, de Peterborough.
Tres años más tarde consiguió un trabajo en Londres, en la firma Electric Light & Power, lo que le permitió inscribirse en la Universidad. Con 20 años se asoció con A.E. Claremont para fundar una empresa de suministros eléctricos en Manchester, la F.H. Royce & Company. Una década más tarde cambió la razón social de la compañía por la de Royce Limited, que fabricaba grúas y cabrestantes eléctricos. Pero como Charles Rolls, Henry Royce se había enamorado de esa máquina, el automóvil, y no paró hasta construir el suyo propio, que acabó en marzo de 1904 en el taller que ocupaba en Cooke Street, Manchester. Tenía 41 años y su vehículo fue el primer coche 100% británico. Henry Royce murió el 22 de abril de 1933 y hasta el final de sus días estuvo al frente de la oficina de proyectos de Rolls-Royce Limited.
Nace Rolls-Royce
Aquel 1904 iba a ser crucial para el devenir personal y profesional de Charles Rolls y Henry Royce. Un accionista de la firma Royce Limited, Henry Edmunds, miembro fundador del Automóvil Club británico junto con Charles Rolls, trató de convencer a este último sobre las cualidades del coche construido por su socio y, aunque el aristócrata se tomó a broma los comentarios laudatorios de Edmunds, pronto se mostró asombrado por las características del Royce 10HP.
Edmunds se afanó en conseguir un encuentro entre Rolls y Royce, pero como el segundo no quiso viajar a Londres, éste se trasladó a Manchester con Charles Rolls para que se efectuase la cita. Finalmente se produjo el 4 de mayo de 1904 en el Hotel Mid-land y la sintonía entre Rolls y Royce fue instantánea. Rolls regresó a Londres conduciendo el Royce 10HP, y al llegar despertó a su socio Claude Johnson para confesarle que había conocido al ingeniero del automóvil más grande del mundo. Su apretón de manos pronto dio lugar a acuerdos.
Royce construiría los coches y Rolls los vendería. Nacía así Rolls-Royce Limited como fusión de las empresas de ambos, y a ellos se unieron Claude Johnson, Ernest Claremont y Henry Edmunds. La leyenda daba comienzo, una leyenda que habla aún un siglo después del fabricante de los mejores automóviles del mundo. Y no es de extrañar que así sea, ya que cuando Henry Royce construyó su primer coche, lo hizo utilizando los mejores materiales que encontró. Por otro lado, el principio fundamental de Rolls-Royce Limited desde su nacimiento fue que “la cantidad debía sacrificarse frente a la calidad”. Ese principio se cumplió siempre a rajatabla, como lo demuestra el hecho de que en más de 100 años de trayectoria como fabricante no se llegaran a producir ni siquiera 100.000 vehículos.