Terrazas con vistas: rooftops que transforman el skyline urbano

Azimuth Rooftop del Hotel Almanac.

Azimuth Rooftop del Hotel Almanac.

En lo alto de la ciudad, donde el viento acaricia y el horizonte se extiende más allá de las azoteas, hay lugares que invitan a contemplar la urbe desde otra perspectiva. Algunas terrazas se abren al mar; otras se asoman a plazas vivas, enclaves históricos o a tejados centenarios. Más allá de las vistas, lo que las hace especiales, es la mezcla de coctelería de autor, diseño y una atmósfera que convierte cada puesta de sol en un momento para alargar hasta que la noche ilumina la ciudad. Estas cinco direcciones llevan el concepto de rooftop a otro nivel.

El Cel de Gaudí es un refugio modernista con vistas a La Pedrera que combina diseño, gastronomía mediterránea y panorámicas de Gaudí.

El Cel de Gaudí: un refugio modernista con vistas a La Pedrera

En la última planta de un edificio modernista del siglo XIX, situado en la misma manzana que La Pedrera, se encuentra El Cel de Gaudí, la joya chill-out del hotel H10 Casa Mimosa. Esta terraza es un rincón donde calma y elegancia se funden para ofrecer vistas privilegiadas a la icónica azotea de Gaudí, con sus ondulantes chimeneas como símbolo indiscutible del modernismo barcelonés.

El Cel de Gaudí invita a relajarse en su plunge pool o en una cuidada zona de tumbonas, mientras se disfruta de un cóctel de autor pensado para acompañar el atardecer. Es el lugar perfecto para cerrar un día memorable en la ciudad, donde el diseño original del edificio convive con una atmósfera contemporánea y sofisticada.

Además de contemplar el skyline, esta terraza es un espacio para compartir momentos especiales. Su carta mediterránea propone tapas y platillos ligeros junto a hamburguesas creadas para disfrutar con amigos o en familia. Entre las novedades, destaca el vermut dominical, acompañado de delicadas gildas de boquerón y berberechos Perelló, una propuesta que se suma a la oferta afterwork y convierte este lugar en un punto de encuentro para quienes buscan buen ambiente y sabores auténticos.

La experiencia en Casa Mimosa no termina en las alturas. En la planta baja, El Til·ler restaurante sorprende con un jardín modernista lleno de vegetación: un pulmón verde en un típico patio del Eixample. Allí, entre plantas y una atmósfera relajada, se pueden degustar platos frescos y cócteles en un entorno que parece transportarte a otra época, perfecto para mediodía o noche.

La azotea del H10 Casa Mimosa es, sin duda, un punto de encuentro para quienes saben disfrutar del diseño, la buena mesa y las vistas más inspiradoras de la Barcelona modernista.

El 180º Rooftop Bar del Hotel Borneta ofrece una panorámica única entre el Tibidabo y el Mediterráneo.

Hotel Borneta: arte y vistas sobre el Born

En el corazón del Born, donde las azoteas parecen competir por su propia postal, el 180º Rooftop Bar del Hotel Borneta se desmarca con una panorámica que atrapa a primera vista. Hacia el norte, la silueta del Tibidabo; hacia el sur, un destello del Mediterráneo; en medio, un mosaico de tejados irregulares, plazas escondidas, el escenario urbano del Born, y el verdor del Parc de la Ciutadella que se cuela entre fachadas centenarias.

Inaugurado en el verano de 2024, el Borneta es un hotel boutique que respira estilo y conexión con su entorno, y su terraza condensa esa misma filosofía. En el centro destaca The Egg, una escultura de Pilar Zeta que parece flotar entre el cielo y los tejados, proyectando sombras cambiantes a lo largo del día y reflejando el espíritu creativo de Miiro Hotels. El diseño, firmado por Heres Arquitectura junto a James Thurstan Waterworth, combina materiales nobles, textiles locales y toques cosmopolitas para crear un ambiente íntimo pero lleno de carácter.

Además de su propuesta gastronómica y coctelera, el 180º Rooftop Bar mantiene un vínculo activo con la comunidad local mediante degustaciones con productores, sesiones de coctelería sensorial, música en vivo y colaboraciones con artistas del barrio. Cada sábado a las 9 h, la terraza se transforma en un espacio de bienestar con Post Workouts @Borneta, sesiones de yoga, barre o HIIT a cargo de Serotonin Studio, seguidas de bebidas revitalizantes y propuestas saludables.

Las mañanas invitan a reconectar con el cuerpo y la mente, disfrutando de actividades al aire libre con el horizonte como telón de fondo. A media tarde, la luz se suaviza y la terraza gana un pulso distinto; la carta para compartir incluye tartar de salmón con aguacate, croquetas de bacalao con pimiento asado o focaccias de verduras a la parrilla. En las copas, cócteles de autor como el Brisa Ahumada, el Negroni Mediterráneo o un Espresso Martinique completa la experiencia.

Cuando cae la noche, el 180º se convierte en un mirador privilegiado para ver cómo Barcelona enciende sus luces. El murmullo del barrio sube hasta la azotea, mezclándose con la música suave y las conversaciones que se alargan sin mirar el reloj. Más que un lugar para observar la ciudad, es un espacio para sentirla con amplitud, con perspectiva y con el tiempo suficiente para apreciar cada detalle.

Coctelería astronómica, miradores urbanos y talleres creativos se combinan en esta terraza del Hotel Almanac que invita a explorar Barcelona desde otra perspectiva.

Azimuth Rooftop: una brújula cósmica sobre Barcelona

Desde lo alto del Hotel Almanac Barcelona, Azimuth Rooftop ofrece algo más que vistas panorámicas: propone una forma distinta de contemplar la ciudad, que combina coctelería de autor, experiencias creativas y una mirada que alterna lo urbano y lo estelar.

De día, la azotea funciona como un mirador privilegiado. Cinco puntos de observación con prismáticos invitan a contemplar algunos de los edificios más icónicos —la Sagrada Familia, las Casas Rocamora, el edificio modernista de la Unión y el Fénix, la Catedral de Barcelona y el Templo del Sagrado Corazón en el Tibidabo— presentados como parte de una singular “constelación urbana”. Paneles con información y curiosidades invitan a descubrir su historia, convirtiendo la arquitectura en un mapa para recorrer con la mirada.

La programación diurna se completa con talleres y actividades que indagan en la conexión entre ciudad y cosmos: concursos de pintura que recrean el skyline como un mapa celeste, sesiones de cerámica inspiradas en los elementos del zodiaco y masterclass de astro-yoga. Cada propuesta, invita a desconectar del ritmo urbano ofreciendo una experiencia que transforma la manera de mirar la ciudad bajo la luz del día.

Al caer la noche, Azimuth se transforma. Las luces se atenúan, la música en vivo —como afro house con percusión— anima el ambiente, y la barra se convierte en el centro de la experiencia. Cada cóctel es una brújula que marca un rumbo, inspirado en la navegación astronómica y en las estrellas. Entre las creaciones destacan Neptuno, con vodka, licor y un color profundo que evoca el misterioso planeta azul, o Géminis, una mezcla chispeante de cachaça y licores afrutados que refleja la dualidad y energía del signo.

La programación además incluye happenings, encuentros con tarotista y astróloga, y fiestas temáticas con cócteles de temporada que rinden homenaje al signo zodiacal que domina el firmamento ese mes. Cada evento busca sorprender y renovar la experiencia, ofreciendo a los visitantes una nueva forma de mirar Barcelona: entre cielo y tierra, con una copa en la mano y la ciudad a sus pies.

La terraza del Iberostar Selection Es Trenc es una exclusivo rooftop minimalista con vistas a una de las playas más vírgenes de la isla de Mallorca.

Calma y lujo natural en la terraza del Iberostar Selection Es Trenc

Hay terrazas que dominan la ciudad y otras que se pierden en la distancia. La del Iberostar Selection Es Trenc pertenece, sin duda, a este segundo grupo. Desde su azotea, en la tranquila Colònia de Sant Jordi, la vista se abre como una postal sin fin, un mar turquesa que se extiende hasta fundirse con el cielo y, a un lado, la playa virgen de Es Trenc, joya protegida del litoral mallorquín. Aquí no hay tejados ni cúpulas modernistas, solo esa línea limpia y serena que separa el mar del cielo, en una serenidad infinita.

El hotel, inaugurado en 2025, se integra con discreción en el entorno protegido del Parque Natural de Es Trenc – Salobrar de Campos. Inspirado en la arquitectura local, su diseño apuesta por un minimalismo cálido, con piedra mallorquina, maderas claras y textiles en tonos arena que parecen robados de la misma playa. Esa armonía estética se prolonga hasta la terraza, concebida como un refugio donde el lujo se mide en calma y en silencio.

Durante el día, el rooftop es un remanso de bienestar. Las mañanas pueden empezar con una sesión de yoga frente al mar o con un desayuno al aire libre, acompañado por la brisa marina.

A media tarde, se ofrecen masajes y también tratamientos con sal marina. Al llegar el atardecer, la luz se vuelve dorada, el aire se calma y el Rooftop Bar & Restaurant despliega una propuesta de cócteles con frutas frescas, vinos baleares y platillos ligeros que reflejan la esencia pura de la cocina mediterránea. Es el momento de elegir entre una cena con vistas al mar o una copa refrescante para acompañar el espectáculo del sol perdiéndose en el horizonte. Y, cuando cae la noche, la terraza se transforma bajo un cielo cuajado de estrellas; pequeñas proyecciones de cine y velas encendidas envuelven la escena e invitan a disfrutar del momento.

El ambiente es tranquilo, elegante sin pretensiones. No hay DJ ni música estridente, solo el murmullo del mar y conversaciones que se disuelven en la brisa. Es un espacio para reconectar con la naturaleza y ese ritmo lento que la isla propone sin prisas. Ideal para parejas que buscan intimidad, viajeros que huyen del bullicio o soñadores que quieren guardar en la memoria una de las mejores puestas de sol de Mallorca. En el Iberostar Selection Es Trenc, la experiencia no está en el exceso, sino en la armonía. Y su terraza es una de esas postales que, una vez vistas, no se olvidan en el tiempo.

La terraza del hotel Claris combina gastronomía, música y vistas únicas sobre Barcelona.

Panorámicas y sabores en las alturas del Claris

En lo alto del hotel Claris, junto a una piscina que refleja el cielo de Barcelona, se abre un balcón urbano donde la ciudad parece detenerse. A pocos pasos del Paseo de Gracia, esta terraza fue pionera hace más de 33 años al invitar no solo a sus huéspedes, sino también a barceloneses y visitantes, a disfrutar de un espacio que une gastronomía, cultura y vistas privilegiadas.

En verano, la propuesta invita a subir antes de que caiga el sol y entregarse a un “tardeo” que mezcla música, cócteles y la chispa inesperada de un truco de magia. Los jueves, Joana Andreu, heredera del arte ilusionista de su padre, hace que cartas y sonrisas aparezcan con la naturalidad de un suspiro. Los fines de semana, el jazz en vivo flota entre copas y conversaciones, mientras DJ’s seleccionados dibujan la banda sonora de la noche.

Al frente de los fogones, el chef Pedro Salillas interpreta la tradición mediterránea con un lenguaje propio, apoyado en el producto de temporada y proximidad. El ceviche de corvina con matices tropicales, el canelón de bogavante a la bullabesa, el cordero confitado o el rodaballo a la bilbaína forman parte de una carta pensada para cenas elegantes y tranquilas. Antes, la experiencia puede comenzar con un gazpacho de mango y langostinos, una tempura de aguacate con curry y cacahuetes, unas bravas con doble salsa o una burrata con albaricoque y tomate.

La cuidada carta de cócteles —clásicos o de autor— ofrece desde combinaciones tradicionales hasta creaciones originales, con y sin alcohol, perfectas para acompañar las tardes de “tardeo” que ya son un sello de la casa.

Abierta todo el año, en verano se disfruta al aire libre y, en invierno, se protege con un elegante cerramiento acristalado que mantiene intactas las vistas. Bajo el cielo abierto o tras el cristal, La Terraza del Claris sigue fiel a su espíritu original, un enclave donde el lujo se mide en sensaciones y que, más de tres décadas después, continúa siendo un referente del ocio exclusivo en Barcelona.

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