Arquitectura y enología se unen en estas cinco bodegas símbolo del buen saber hacer, donde la viña y los bodegueros son protagonistas de experiencias únicas para el visitante.
Otazu
Bodega Otazu es el viñedo con Denominación de Origen vino de Pago más al norte de España, a tan solo ocho km de Pamplona. Su concepto de enoturismo engloba historia, cultura, arte, naturaleza, terroir y emociones y, de hecho, le valió en 2020 el reconocimiento como Mejor bodega abierta al turismo. La experiencia Señorío de Otazu es la más completa e incluye la visita a los espacios de arte contemporáneo de la Fundación Otazu.
Cepa 21
La bodega vallisoletana CEPA 21 se encuentra en el término municipal de Castrillo del Duero, en un lugar con vistas excepcionales y unas cuidadas instalaciones para que el visitante se sumerja en el apasionante mundo del vino. Aunque cuenta con experiencias para diversos públicos, destacamos en esta ocasión dos dirigidas a las parejas: Wine & Chocolate, que incluye una explicación sobre la armonía vino-chocolate; y Experiencia Aromática, con una cata de la gama completa de la casa con sus respectivos aromas.
Solar de Samaniego
En 2015, Bodegas Solar de Samaniego emprendió una ambiciosa reforma en sus zonas de vinificación y crianza, conservando la relevancia patrimonial de su arquitectura industrial. Una puesta en valor de la elaboración tradicional de Rioja en depósito de hormigón para la que se alió con arquitectos, paisajistas y artistas como Guido Van Helten, autor de los monumentales murales que adornan las tinas. Su propuesta de enoturismo, que ha sido premiada, incluye un recorrido por el vino y sus fincas, sin olvidar la importancia que la creación literaria tiene en los orígenes de la bodega.
Arzuaga Navarro
Fundadas a comienzos de los años 90 en la localidad de Quintanilla de Onésimo, las Bodegas Arzuaga Navarro gozan de una situación privilegiada en la Denominación de Origen Ribera del Duero. El Hotel & Spa Arzuaga, de 5 estrellas, completa un proyecto enoturístico muy especial para descubrir los vinos de esta bodega y su entorno natural.
Habla
Envuelta por el campo de Extremadura, junto a la localidad de Trujillo, Bodegas HABLA forma parte de las más de 1.000 hectáreas que conforman la finca Dehesa La Torrecilla. En este rincón privilegiado de la región extremeña es posible disfrutar del turismo enológico de una zona de escasa tradición vitivinícola, que desde sus inicios ha apostado por la innovación, la sostenibilidad y la vanguardia. Para ello han creado ‘Vive HABLA’, una experiencia que permite al visitante conocer la filosofía de la bodega y adentrarse en el enoturismo tradicional de Extremadura.