Si hay un fabricante que suele caminar en línea recta y tropezar en contadas ocasiones, ese es Volvo. Tiene la virtud de afrontar con cada nuevo modelo una revolución tranquila, de forma que todos aportan novedades notables, pero ninguno se sale del guión de elegancia y seguridad que caracteriza a la marca. En este sentido, el año pasado Volvo nos sorprendía con el XC 90, un todocamino de gran tamaño que ya cuenta con reconocimientos a nivel internacional como el Track of the year –avalado también por las exitosas ventas cosechadas en aquel país–. Además, el XC90 es uno de los siete modelos nominados al Coche del año en Europa –el ganador se conocerá en marzo–. Por si fuera poco, el XC90 mereció también la mención de Modelo más seguro 2015 para Euro NCAP.
Lejos de morir de éxito, la compañía automovilística sueca ha aprovechado 2016 para proponer otro plato fuerte, el S90, una berlina premium que amenaza con poner en jaque al tridente alemán que lidera el segmento. No en vano, Mercedes, con su nuevo Clase E, y BMW, con la próxima Serie 5, competirán en la misma liga, así como el Audi A6.
Pero, ¿cuáles son las armas del Volvo S90? Algunas saltan a la vista. Se trata de una berlina coupé de cuatro puertas sobria y elegante, pero al mismo tiempo atrevida y seductora. Es innegable que es un Volvo se mire como se mire, pero su diseño soporta innovaciones muy atractivas, como la parrilla cóncava del frontal, un homenaje al emblemático P1800 –un deportivo producido por la marca en los años 60–. También el largo capó estiliza su figura y le dota de un cierto aspecto deportivo.
En palabras de Maximilian Missoni, jefe de Diseño Exterior de Volvo Cars: “Tradicionalmente se han utilizado capós grandes en cochazos que necesitaban incorporar grandes motores. Por eso, el S90 tiene un aspecto tan premium”. La generosa delantera no juega en detrimento del espacio del habitáculo ni del maletero (500 litros), ya que el conjunto es algo más largo de lo normal en el segmento (4,96 metros). Y eso que la zaga, donde destacan los juegos ópticos en forma de C y un par de grandes escapes, es más bien recortada.
Si lo que se ve ya invita a probarlo, el interior es un alarde de diseño escandinavo. Dominan la sobriedad y limpieza de líneas –“es clásico y cool”, dice Thomas Ingenlath, vicepresidente de Volvo–, aunque no sería tan consistente sin los materiales de primera que incorpora, como la madera, el cuero o el aluminio pulido. Nada en el interior tiene apariencia de plástico o una terminación dudosa. Además, la integración de la consola central en el conjunto, con su centro de operaciones digital (tipo tableta), está en armonía con un salpicadero y un cuadro de instrumentación refinados. Esa delicadeza, sin ostentación, puede aplicarse también a los asientos cómodos y espaciosos que incorpora.
Por supuesto, como es habitual en la firma sueca, la seguridad es uno de los puntos fuertes del S90. Comenzando por el nuevo sistema de conducción semiautónoma Pilot Assist, que apoya al conductor en el control de la dirección guiándose por las bandas laterales de la vía. El conductor debe permanecer al volante, pero el sistema corrige la dirección para mantener al coche alineado tanto con las marcas laterales como con el vehículo que precede. Otro sistema de seguridad activa es el City Safety, capaz de detectar otros vehículos, peatones, ciclistas o incluso animales que se crucen. Si el conductor no reacciona –mientras circule a una velocidad de hasta 50 km/h como máximo–, el sistema está preparado para frenar automáticamente el vehículo. El S 90 ofrece cuatro opciones de motorización, dos diesel (D4 y D5 de 190 y 235 CV), una de gasolina (T6, de 320 CV) y una mecánica híbrida enchufable (T8 Twin Engine de 407 CV).
Ficha técnica
Carrocería: Berlina, 4 puertas + Medidas: 4,96 x 1,80 x 1,44 m. + Motor: diésel, gasolina e híbrido + Potencia: de 190 a 407 CV. + Cambio: automático, de 8 velocidades. Precio: desde 45.000 euros