Yates de alquiler para unas vacaciones diferentes en el Caribe

Yates de alquiler para unas vacaciones diferentes en el Caribe

Yates de alquiler para unas vacaciones diferentes en el Caribe

El Carnaval de Junkanoo, en Nassau, Bahamas, no es tan famoso como el de Río, pero es igual de divertido. En las Islas Turcas y Caicos, las ballenas jorobadas hacen su parada anual. ¿O por qué no bucear en los arrecifes de Belice? El Caribe ofrece todo esto y mucho más, lugares fascinantes que se vuelven únicos al explorarse en barco. Les presentamos cinco yates para unas vacaciones inolvidables, saltando de una isla a otra disfrutando del paisaje y con servicios exclusivos: chefs multipremiados, entrenador personal, DJ para las fiestas, instructores de vela, ostras frescas y champán…Eleonora. La elegancia de esta embarcación, que es una réplica fiel de la histórica Westward, es impecable. Increíblemente ligera, a pesar de sus casi 50 metros, construida en el 2000 por el astillero Van der Graaf, en los Países Bajos, Eleonora regala atmósferas de antaño hasta en sus interiores, también inspirados en los planos de 1910. Un estilo náutico que se refleja en las cuatro cabinas para los huéspedes y en los espacios comunes. La espectacular cabina del armador se encuentra en la popa y se extiende a lo largo de todo el barco, como el salón principal. Además del comedor, dispone de un bar, mesas de juego y un sistema de entretenimiento altamente tecnológico. También son hermosos los baños, todos de mármol. Los siete miembros de la tripulación se alojan en la proa para aumentar la privacidad de los pasajeros. 65.000 dólares por semana.

CRN Cloud 9. Con un casco de acero de 74 metros de largo y 13,5 metros de ancho y el empuje de dos motores Caterpillar, el barco llega a una velocidad de crucero de 12 nudos y tiene una autonomía de 6.000 millas náuticas. Cloud 9 puede alojar hasta 16 huéspedes en ocho cabinas, entre ellas una master suite, más una tripulación de 22 personas. La suite del armador se asoma en un puente de uso exclusivo en la popa. Al solárium, en el puente más alto, equipado con jacuzzi y bar, se llega en elevador. En el interior se encuentra también un centro wellness, y una sala de cine. 850.000 dólares por semana.Christina O. Estrenada en 1943 por el astillero Canadian Vickers como fragata de la Marina canadiense (participó en la Batalla de Normandía), aún hoy es uno de los megayates más icónicos del mundo. Aristóteles Onassis lo compró en 1954 para convertirlo en un yate de lujo y le dio el nombre de su hija. Con un largo de casi cien metros, en su época redefinió el concepto de yate de lujo, proponiendo interiores opulentos donde no faltaban llaves de agua de oro. El puente más alto del yate es destinado al relax bajo el sol, mientras que el amplio puente del paseo de abajo tiene en la popa una alberca termal. En el interior se encuentra el Lapis Lounge, que debe su nombre a la original chimenea adornada de lapislázuli. El puente principal cuenta con un comedor con una mesa para 24 personas. La Onassis Suite es espectacular; la suite del armador se divide en una gran zona de noche, un baño de mármol blanco y un estudio con chimenea de ónix. Incluye diez cabinas dobles y ocho transformables. La sala destinada a la música también está totalmente restaurada. En ella cantaba a menudo María Callas. 450.000 dólares por semana.

Lürssen Kismet. Diseñado por el astillero Lürssen Kismet, el yate se extiende a lo largo de cinco puentes de lujo conectados entre sí por un elevador transparente. Supera por poco los 95 metros de largo por 13,8 metros de ancho y está diseñado para un rendimiento óptimo a una velocidad de 12 nudos y una autonomía de hasta 5.000 millas náuticas. Con un enorme salón principal y un amplio comedor, también cuenta en el puente alto con sun bridge y un salón para fiestas. Sies cabinas para huéspedes y la del armador en la proa. 1,2 millones de dólares por semana.11/11 Benetti. Otro superyate hecho en Italia que en invierno navega por el Caribe. Mide 63 metros de largo y puede hospedar 12 pasajeros en seis cabinas, dos de las cuales son master suites. Los interiores son de estilo art déco. Capaz de satisfacer los caprichos más inusuales de los amantes del mar, cuenta con un centro de buceo, motos de agua, wakeboard y esquí de agua y hasta kayak y flyboard. En el exterior cuenta con una piscina en la proa, además de un solárium con jacuzzi en el puente más alto. Espectacular el salón, amueblado con grandes sofás que ocupan todo lo largo del buque. 650.000 dólares por semana.

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