Durante la visita por las diez salas que forman ‘El Hilo de Ariadna’, el visitante se aleja de lo terrenal para descender a las profundidades de Rueda y descubrir el famoso Mito del Minotauro, con una especial y literaria relación con cada uno de los vinos de Yllera. Vinos blancos como el Verdejo Yllera comparados con las doncellas frágiles del mito; espumosos como el Cantosán Brut relacionados con la espuma del mar Mediterráneo; o la deidad del vino Dionisos representada por la joya de la bodega, Yllera Dominus, la referencia más exclusiva del grupo.
El afán recuperador de la historia local de Rueda llevó a la familia Yllera a rescatar las tradicionales bodegas subterráneas de la localidad vallisoletana, víctimas del abandono y el derrumbe. Su inquietud por poner en marcha nuevas experiencias se vio truncada en 1998 cuando la bodega sobre la que se asienta en la actualidad ‘El Hilo de Ariadna’ sufrió un gran incendio. Sin embargo, el fuego tampoco pudo con el espíritu de superación de Grupo Yllera, que impulsó el resurgimiento de la iniciativa desde sus cenizas, como un Ave Fénix.
Gastronomía
Yllera propone una nueva exaltación de los sentidos a través de la degustación de la mejor gastronomía de la zona en otro peculiar espacio dentro de sus instalaciones, un restaurante mudéjar que representa el Palacio de Cnosos, dónde vivió el rey Minos de Creta y su hija Ariadna y desde dónde mandó construir el laberinto para encerrar al Minotauro. Entre sus platos y maridajes, se encuentran sabores de la huerta tradicionales con piezas de pescado. Pero sin duda, la estrella gastronómica de la carta son sus asados al horno de leña, que envuelve los sabores de la zona acompañados de los vinos de Grupo Yllera.
Vinos de Jerez, clásicos con energías renovadas
David Losa