Sin extravagancias, sin más alardes decorativos que los derivados de su simple presencia, la ‘Boring Collection’, de Lensvelt Contract Furniture, lleva al extremo esta premisa. Con sus grises oficinas no buscan la hermosura, como reconocen sus diseñadores. El objetivo es muy diferente: atraer la mirada a lo que importa, que no siempre es el trabajo. Entre sus diversos detalles, en el reloj solo se distinguen los números de la esperada salida (cinco menos cinco). Su verdadera virtud y potencial se hace evidente cuando los diferentes productos están dispuestos en un grupo. Una apuesta por flexibilidad a la hora de jugar con el diseño de las oficinas.