La calva también requiere de cuidados. Quizá creías que la falta de cabello la convertía en una zona que podía pasar a caer en el olvido, pero nada más lejos de la realidad. Tanto si es porque has perdido poco a poco el pelo como si es porque has decidido raparlo al cero, una cabeza al desnudo necesita que se le preste la atención adecuada no solo desde un punto de vista estético sino también sanitario.
No se trata de incluir nuevos pasos en la rutina de higiene, pero sí de hacer los adecuados. Por ejemplo, algo tan sencillo como el uso de gel de cuerpo en lugar de champú a la hora de la ducha puede ser fatal para el cuero cabelludo ya que puede provocar sequedad o producir irritación y descamación. Es por eso que la recomendación de los dermatólogos es la de que se aplique una una cantidad mínima de champú en la zona, la suficiente como para que esta quede perfectamente limpia.
El producto con el que lavarse la cabeza puede ser el que se utilizaba de forma habitual antes de que apareciera la alopecia aunque ya hay en el mercado incluso fórmulas específicas como la que Juan José Cabero lanzó en el 2016 a través de la línea Dr. Bald tras su experiencia en el mundo de la barbería con la marca Beardbury. Este primer champú para calvos a nivel mundial no solo elimina la suciedad y el exceso de grasa, sino que gracias a su aplicador patentado con cerdas de silicona de diferentes formas y tamaños ayudar a realizar una exfoliación.
La protección solar, fundamental
El siguiente paso que debería ser fundamental en el día a día de cualquier persona que sufra calvicie es la protección contra el sol. Tanto si la falta de pelo es total como si es parcial, se trata de una zona especialmente sensible a las quemaduras solares por lo que es conveniente utilizar siempre una buena crema o loción que evite los posibles daños producidos por el sol.
«Es importante utilizar gorra, pamela o pañuelo y fotoprotectores específicos (en loción, espuma, spray o fluidos) para este área», recomiendan los expertos médicos de Quiron salud, donde recuerdan que hay «riesgo de quemaduras y de aparición de lesiones malignas en la piel».
Si hablamos de qué hay que seguir para llevar un correcto cuidado de la calva no se puede pasar por alto la importancia de la hidratación. Al igual que se hace con el resto del cuerpo, esta parte también necesita su dosis diaria de nutrición para hacer frente a la sequedad y el envejecimiento, además de para evitar posibles picores.
Para mantener a raya la cabeza, basta con hacer de manera periódica exfoliaciones y extender diariamente sobre la zona un poco de crema hidratante cada mañana. Esta puede ser la misma que utilices para el rostro o alguna más ligera si no quieres que aparezca ningún tipo de brillo.
¿Y qué hay que hacer con el poco pelo que va creciendo? A la hora de rasurar el cabello hay que elegir muy bien qué herramienta utilizar antes de dar el paso. Esta, según Davines, la firma italiana especializada en todo tipo de productos para el cabello, debe ser «que gire y se adapte al contorno de tu cabeza. Mejor aún, considera una afeitadora que se sostenga con la palma de la mano y esté diseñada específicamente para afeitar todo el cuero cabelludo y garantizar un afeitado apurado y cómodo», argumenta desde la marca.
La manera de hacerlo es con movimientos suaves y ligeros ejerciendo presión uniforme y siempre en la dirección al crecimiento del vello e intentando cambiar de dirección en la segunda pasada. Eso sí, ante «aplica una cantidad generosa de crema o gel de afeitar sobre el cuero cabelludo para ayudar a suavizar el vello, mejorar el deslizamiento de la cuchilla y reducir el riesgo de irritación. Esto lubrica la piel y ayuda a garantizar un afeitado suave de principio a fin«, apunta el equipo de Davines.